Restringido

El «procès» nos roba

La Razón
La RazónLa Razón

Miles de personas se concentraron ayer en la plaza Sant Jaume para decir alto y claro que la inmensa mayoría de catalanes tenemos un infinito hartazgo del proceso separatista, que estamos dispuestos a salir a la calle pacíficamente para decir que no permitiremos que se destruya a nuestra nación, que no toleraremos el secuestro de nuestras instituciones por parte de unos dirigentes que amenazan con saltarse la legalidad y que en Cataluña hay un Gobierno que mantiene un proceso rupturista que roba a los catalanes la democracia y la libertad.

Ayer fueron miles, pocos aún porque en Cataluña hay miedo a la discrepancia después de 35 años de dictadura nacionalista, pero suficientes para visualizar que la sociedad catalana no quiere la secesión. El 27-S, el separatismo sufrió una derrota sin paliativos. Ganamos con el 52% de los votos los que defendemos la unidad de España y perdieron los separatistas, a pesar de que disponían de ingentes recursos y el concurso de una televisión y radio públicas que intoxican, insultan y mienten.

Cataluña vive un déficit de calidad democrática, con actuaciones desleales de la Generalitat y de muchas de las entidades locales que vulneran la legalidad, con actuaciones que dañan la seguridad jurídica y limitan los derechos de las personas, la aprobación de resoluciones y mociones declarando a los municipios a favor de los postulados separatistas; la burda manipulación de la educación de los catalanes incitando al odio hacia el resto de españoles. Cataluña sufre la instrumentalización de las políticas de comunicación al servicio de la denominada construcción nacional de los «Países Catalanes», la falta de neutralidad de las instituciones dominadas por el radicalismo y la demonización de los discrepantes, provocando una suerte de muerte civil al opositor al régimen corrupto nacido del pujolismo.

El proceso nos roba. Las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores catalanes es 5.000 millones inferior de lo que cobran los pensionistas y desempleados de Cataluña, desde el inicio del proceso separatista la renta per cápita de Cataluña ha caído por debajo de la media de Europa y el déficit catalán crece un 41,6%, mientras el de toda España crece un 18,9% y mientras miles de empresas huyen de Cataluña.

Ayer, Sociedad Civil Catalana reivindicó una obviedad, «un país normal» sin instituciones al servicio del independentismo y sin dirigentes políticos que quieren saltarse la legalidad para llevar a cabo un proceso que nos roba a los catalanes.