Interior

La revolución de la motosierra

Un grupo de Mossos frente a unos ciudadanos
Un grupo de Mossos frente a unos ciudadanoslarazon

El nivel de locura que padece Cataluña por los separatistas es tal que, tras la semana de extrema violencia vivida en Barcelona, se pretende ahora que los cuerpos policiales que hicieron frente a una guerrilla urbana –Mossos y Policía Nacional–, se sometan a investigación parlamentaria. Podemos imaginar lo que habría sucedido de no haber sido por la policía, ante las condiciones vividas: los agitadores, motosierra en mano, usaron tácticas militares coordinadas por una app, montaron barricadas en las que quemaron mobiliario urbano, utilizaron adoquines como proyectiles y hasta lanzaron cohetes contra un helicóptero. Al no encajar esta violencia en el alegre y pacífico relato de la «revolución de las sonrisas» del Procés, sus promotores difundieron el rumor de que los autores de tales desmanes habrían sido «infiltrados» por supuestos españolistas. Como testimonio inigualable de lo que sucede, ha quedado para la posteridad un vídeo de TV3 en el que, preguntado el corresponsal por la procedencia de los agitadores, no pudo más que contestar que –a juzgar por el «precioso acento» catalán que escuchaba– no debían ser forasteros, sino más bien del Osona (Vic). En ese momento, la presentadora interrumpió bruscamente la comunicación.

La realidad del esperpento separatista requiere de un exorcismo general pero, hasta que llegue, el Estado debe actuar con toda la fortaleza de la Constitución. El nuevo Gobierno tendrá ante sí este reto inaplazable. Nos va en ello demasiado a todos.