Restringido

Repunta el Riesgo Europeo

La Razón
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Uno de los elementos más preocupantes de las últimas semanas es la subida de los seguros de impago de la banca europea. Los «credit default swaps» cubren a los inversores ante la posibilidad de que un emisor de bonos deje de atender a sus compromisos. Serían algo parecido a lo que mide la prima de riesgo, pero para bonos corporativos.

Los bancos europeos han llevado a cabo un proceso de recapitalización muy relevante en los últimos años, acumulando hasta un 10% de capital de máxima calidad; pero eso no elimina el riesgo que supone una ralentización global como la que estamos viviendo. A ese riesgo se añade la baja inflación, y una política de tipos de interés ultra bajos.

Los tipos de interés negativos no facilitan el crédito ni reactivan la inversión. De hecho, en los países donde se han implementado han generado dos impactos muy evidentes. Los bancos prestan menos, al desplomarse los márgenes para el mismo riesgo, y además se incentiva la especulación a corto plazo en activos líquidos para conseguir un poco de rentabilidad.

La banca europea no puede lanzarse a reactivar crédito cuando la demanda solvente del mismo no crece y las perspectivas globales son inciertas. El riesgo aumenta y los balances ya son muy abultados.

En Italia hemos visto cómo los préstamos de difícil cobro de los bancos alcanzaban casi un 19% y se tenía que activar un procedimiento de crear un banco malo para evitar un contagio a la economía real. En Alemania y Suiza, dos de los cinco mayores bancos del mundo se encontraban con la necesidad de calmar a sus inversores ante el miedo de que no pagasen los intereses de sus bonos híbridos.

En realidad, estamos viviendo el efecto de una crisis financiera, la de 2008, que se cerró en falso con enormes inyecciones de liquidez y bajadas de tipos de interés que han perpetuado la sobrecapacidad, sostenido al sector zombi a través de refinanciaciones baratas... En definitiva, el riesgo de las enormes inyecciones monetarias de toda la vida. Que son una patada hacia delante.

Sin embargo, la gestión de Mario Draghi en el Banco Central Europeo ha sido modélica a la hora de analizar y coordinar, con la Unión Europea, la gestión del riesgo sistémico. Aunque la banca europea sufra por la exposición al ciclo y el entorno de tipos bajos, su posición hoy es mucho más sólida que en 2008.