El PSOE debe aclararse sobre qué España quiere

La constitución de la comisión territorial en el Congreso, sumado a los propósitos de algunos de reformar la Carta Magna, obligará a los partidos a posicionarse sobre a qué España aspiran. Para el escenario que se cierne sobre el país, con seguridad afectado por las tensiones electorales, cabe esperar que los grupos huyan del oportunismo y hablen alto y claro sobre sus planes para el Estado. Si en el PP su discurso no nos ofrece dudas, en el PSOE manda la confusión. El golpe separatista ha propiciado el espejismo de un socialismo cohesionado que ha dejado atrás sus disputas, pero no es así. Ayer mismo, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, principal antagonista de Pedro Sánchez, fue tajante en su rechazo de la España plurinacional, la bilateralidad en las negociaciones autonómicas y el derecho a decidir. Fue una respuesta a Pablo Iglesias, pero el mensaje fue el que fue. Además de defender los intereses y el papel de su comunidad, se desmarcó de forma nítida de una de las ideas principales del argumentario del líder de su partido: esa España nación de naciones que, en buena medida, contempla que Cataluña o País Vasco puedan entenderse de tú a tú con el Estado. Las grietas socialistas no aguantarán hasta el infinito con el engrudo catalán. El PSOE está obligado a aclararse hasta lograr un punto de encuentro entre sus dos almas. No es serio que la alternativa de gobierno no tenga un criterio definido en torno a cómo ve el país que aspira a dirigir.