Ciudad del Vaticano

Francisco lleva su preocupación por la ecología a la reforma de la Curia

Con los cambios, el Papa pretende que la Iglesia sea ejemplo de «transparencia absoluta»

Francisco saluda a un miembro de la Guardia Suiza en su entrada a la primera jornada del consistorio extraordinario de cardenales
Francisco saluda a un miembro de la Guardia Suiza en su entrada a la primera jornada del consistorio extraordinario de cardenaleslarazon

El proyecto de reforma de la Curia romana elaborado por el Consejo de Cardenales (C-9), el grupo de prelados que asesora al Papa Francisco en el gobierno de la Iglesia y en la reorganización de la Santa Sede, fue ayer debatido por los 165 purpurados que participaron en la primera jornada del consistorio extraordinario. El documento elaborado por los miembros del C-9 tras reunirse en ocho ocasiones, consultar a los episcopados y conocer la opinión de los responsables de los dicasterios vaticanos propone la creación de dos nuevas congregaciones: los «ministerios» de la Santa Sede. Uno de ellos estará dedicado a los laicos, la familia y la defensa de la vida. Aunque su nacimiento muestra el reconocimiento que la Iglesia da al laicado, no habrá un seglar a su frente, como algunos esperaban, según aclaró ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

La otra congregación será responsable de la caridad, la justicia y la paz, agrupando igualmente a las instituciones que en la actualidad tratan estos campos. Lombardi anunció que este nuevo dicasterio afrontará además un sector que preocupa especialmente a Francisco: la ecología, a la que precisamente le va a dedicar su primera encíclica, cuya publicación se espera en la primera mitad de este año. Se ocupará «del medioambiente y de la protección de la creación, vista desde el punto de vista de la ecología humana y ambiental, no sólo social». Para el nacimiento de esta nueva congregación se esperan las aportaciones que el Papa ofrezca en su encíclica.

El proyecto de reforma incluye la propuesta de que los «números dos» de los distintos dicasterios no tengan que ser obispos, como ocurre ahora. Esta idea había sido planteada para reducir el número de prelados de la Curia y evitar así la tentación del «carrerismo» que tantas veces denuncia el Pontífice. Pese al entusiasmo que la propuesta suscita en buena parte de las Iglesias locales, algunos de los 12 cardenales que intervinieron en la sesión de la mañana de ayer se mostraron contrarios a esta sugerencia. Estos purpurados eran en su mayoría «buenos conocedores del funcionamiento de la Curia», según Lombardi.

En estos dos días también se debate sobre el papel de la Secretaría de Estado y su relación con las congregaciones y pontificios consejos. De hecho, algunos purpurados plantean la necesidad de convocar cada cierto tiempo a todos los responsables de los dicasterios en una suerte de «Consejos de ministros» para mejorar la coordinación en los trabajos.

Al principio de la sesión de ayer el Papa dedicó unas palabras a los cardenales en las que explicó cuál es el espíritu de la reforma: «No es un fin en sí misma, sino un medio para dar un fuerte testimonio cristiano, para favorecer una evangelización más eficaz, para promover un espíritu ecuménico más fecundo y para alentar un diálogo más constructivo con todos». Los cambios responden además a los deseos mostrados por una buena parte de los miembros del Colegio Cardenalicio durante las congregaciones generales, las reuniones previas al cónclave de 2013 en el que fue elegido Jorge Mario Bergoglio como obispo de Roma. Lo que se quiere conseguir, remachó Francisco, es una «colaboración más eficaz con esa transparencia absoluta que edifica la sinodalidad y la colegialidad auténticas».

El consistorio supone un gran paso adelante en la reforma de la Curia, aunque no hay que esperar que los cambios sean inmediatos. Habrá que esperar probablemente hasta 2016 para ver cómo toma cuerpo la reorganización y se cumplen los desafíos jurídicos que plantean. Los tiempos, en cualquier caso, no se alargarán en exceso, sobre todo para acabar con la incertidumbre que se vive en los dicasterios llamados a fusionarse con otros. «Nada impide que en el camino de este proceso de reforma –reconoció Lombardi– se puedan tener ya actuaciones más específicas de manera experimental, que luego se retomen en la elaboración final».

Confianza del Papa en otro español

Fernando Chica, representante ante la FAO

El Papa Francisco ha nombrado nuevo observador permanente del Vaticano ante la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) al español Fernando Chica Arellano. Monseñor Chica Arellano nació en Mengíbar (Jaén) el 24 de junio de 1963 y fue ordenado sacerdote el 19 de abril de 1987. Diplomado en Teología Dogmática, entró en el servicio diplomático vaticano en 2002 y ha trabajado en la nunciatura apostólica de Colombia, en la representación pontificia de la ONU en Ginebra y la sección de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.