Arqueología

El fenicio que llegó de la Península Ibérica

Un estudio de ADN desvela que fenicios de Cartago procedían de la costa norte mediterránea

La Razón
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Un equipo internacional de científicos ha secuenciado el genoma mitocondrial del «hombre joven de Byrsa» o Ariche, un fenicio fallecido hace 2.500 años y cuyo ADN ha demostrado que sus ancestros procedían de algún lugar de la costa norte del Mediterráneo, probablemente de la península Ibérica.

El «hombre joven de Byrsa» fue descubierto por casualidad hace veinte años durante una excavación en la necrópolis de Byrsa, antigua ciudad de Cartago, y actualmente parte del área metropolitana de Túnez.

Este hombre, también bautizado como Ariche, que significa el hombre deseado, tenía entre 19 y 24 años, era robusto, medía cerca de 1,70 metros y probablemente falleció de forma accidental.

Dado que fue enterrado con gemas, escarabajos, amuletos y otros artículos, los paleontólogos creen que pudo pertenecer a la elite cartaginesa.

Ahora, un equipo de investigación dirigido por científicos de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) ha secuenciado el genoma mitocondrial de este cartaginés, el primero que se obtiene de restos fenicios, y ha concluido que su ascendencia materna procedía de algún lugar del norte del Mediterráneo, muy probablemente de la península Ibérica.

Los resultados de la investigación se publican hoy en PLoS ONE.

La codirectora del estudio, la profesora Lisa Matisoo-Smith, del departamento de Anatomía de la Universidad de Otago, explicó que Ariche pertenece a un haplogrupo (un grupo genético con un ancestro común) europeo raro, el U5b2cl.

Para Matisoo-Smith, los resultados del estudio son la evidencia más antigua de la presencia de este haplogrupo europeo en el norte de África, y sitúan la fecha de su llegada, por lo menos, en el siglo VI antes de Cristo.

«U5b2cl es uno de los haplogrupos más antiguos de Europa y se asocia con poblaciones de cazadores-recolectores», aclaró.

De hecho, entre los europeos actuales, este grupo genético es muy raro (con un peso genético inferior al 1 %). «Curiosamente, el análisis demostró que el ADN mitocondrial de Ariche se asemeja más al un portugués moderno», concluyó la investigadora.

Aunque se cree que los fenicios son originarios del área que actualmente ocupa Líbano, su influencia se extendió por todo el Mediterráneo, hasta el oeste de la Península Ibérica, donde establecieron asentamientos y puntos comerciales.

La ciudad de Cartago, en Túnez (África del norte) fue el puerto más importante del comercio fenicio.

Durante el estudio, los científicos analizaron el ADN mitocondrial de 47 libaneses modernos y hallaron que ninguno tenía el linaje U5b2cl.

Investigaciones previas encontraron que este haplogrupo estaba presente en los restos de dos cazadores-recolectores de un yacimiento del noreste de España, según Matisoo-Smith.

Así, «mientras una ola de pueblos agrícolas del cercano Oriente sustituye a estos cazadores-recolectores, algunos de sus linajes pueden haber persistido más tiempo en el extremo sur de la península Ibérica y en las islas y llegaron al crisol de Cartago, en el norte de África, a través de las redes de comercio fenicio».

Matisoo-Smith recuerda que la cultura fenicia tuvo un impacto muy significativo en la civilización Occidental, no solo desde el punto de vista comercial, sino por el importante legado cultural que dejaron, como el origen de nuestro alfabeto.

Los fenicios son un grupo importante del que todavía se sabe muy poco. «Esperemos que nuestros hallazgos, junto a otras investigaciones, ayuden a arrojar luz sobre el origen del pueblo fenicio, su impacto y su cultura», concluyó.

EFE