Educación

Españoles graduados en los cinco continentes

El número de estudiantes que eligen el extranjero para su educación universitaria se dispara en los últimos años. La calidad, el idioma, la experiencia y el prestigio son los motivos

Ángela Ortega Pastor
Ángela Ortega Pastorlarazon

El número de estudiantes que eligen el extranjero para su educación universitaria se dispara en los últimos años. La calidad, el idioma, la experiencia y el prestigio son los motivos

En los últimos años, la globalización, unida a la curiosidad y a la ambición de muchos jóvenes de todo el mundo por cursar estudios de calidad y vivir nuevas experiencias educativas ha ido más allá. No sólo se plantean la posibilidad de realizar una breve estancia en una universidad extranjera, sino que cada vez son más los que desean cursar todos sus estudios en el extranjero.

En 2013, más de 4,1 millones de estudiantes decidieron estudiar en el extranjero, frente a los 2 millones de 2000, lo que representa el 1,8% del total de las matrículas en estudios terciarios, que incluye grado, máster y doctorado.

El creciente aumento de este tipo de movilidad también se ha notado en nuestro país, alcanzando los 28.640 españoles que decidieron realizar sus estudios íntegramente en una institución extranjera en 2014, según el Instituto Estadístico de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Europa es, con mucha diferencia, el continente predilecto por los españoles que deciden formarse en otros lugares, con una cifra que supera los 20.000 españoles inscritos en universidades europeas. Le siguen América, con más de 5.000, Asia, con cuatro centenares de estudiantes españoles, Oceanía, con poco más de 300 y África, con algo más de una treintena. El experto en educación y profesor de la Universidad Camilo José Cela Miguel Reynés considera que son cuatro los factores que pueden llevar a los estudiantes tomar esta decisión: la calidad e innovación de la enseñanza; aprender y perfeccionar un idioma; la propia experiencia en sí de estudiar en el extranjero, puede reportar grandes beneficios personales; y por último, el prestigio que proporciona poseer un título extranjero y la red de contactos conseguida durante los años de estudios y que puede ayudar al estudiante abrirse camino en su futuro profesional.

En cuanto al primer factor, Reynés señala que puede que sea la metodología empleada o la calidad de los contenidos que los estudiantes encuentran en universidades extranjeras el elemento que determine la elección de estudiar en el extranjero, y no tanto la calidad de los estudios en general, ya que considera que «España tiene un buen nivel de estudios universitarios».

A pesar de todos estos factores, el número de estudiantes españoles en el extranjero es inferior al de la media europea. Ya que países como Alemania cuentan con más de 119.000 estudiantes cursando estudios completos en el exterior; Francia, con 84.059 estudiantes; o incluso Italia, con cerca de 48.000 estudiantes en el extranjero, prácticamente doblan los números de España. Con estos datos, nos preguntamos cuáles son los motivos por las que los estudiantes españoles no deciden estudiar en el extranjero. Miguel Reynés considera que el nivel de idioma y el alto coste de las matrículas podrían ser las posibles causa de esta situación.

No obstante, algunos estudiantes españoles dejan a un lado estos motivos y han sido alguno de los factores ya citados los que han motivado a nuestros protagonistas a lanzarse a lo desconocido e instruirse en una universidad extranjera. Cada uno ha elegido un continente diferente, pero todos comparten con ilusión y entusiasmo su experiencia.

América

Alejandro Valdivieso

Alejandro Valdivieso estudió Arquitectura en Madrid y se encuentra haciendo el doctorado en la Universidad Politécnica de esta misma ciudad. Se fue a EE UU con la idea de desarrollar parte del doctorado en un máster de investigación y acaba de graduarse en Harvard, tras obtener una beca Fullbright. «El máster me lo he financiado al 50-60% gracias a las becas. Las diferencias son sustanciales. Destacaría lo abierto que está todo a posibilidades, no es difícil escontrar trabajo en la universidad mientras estudias, te involucras en muchas actividades», asegura. En su caso, decidió involucrarse en la asociación Harvard Spain, que no sólo «pretende llevar allí la cultura española, sino servir de puente para las personas españolas que quieren ir a Harvard».Lo que destacaría por encima de todo de la experiencia es que «te permite conocer a mucha gente. Por otro lado, los medios de los que dispones son todos, las 24h del día: desde bibliotecas hasta medios digitales. Y luego la disponibilidad de los profesores». El nivel de exigencia es alto, pero no sólo para los alumnos.«A los profesores se les exige muchísimo. Es un sistema distinto: aquí, en Harvard, se lee y se escribe. Casi todas las asignaturas contienen un gran paquete de lecturas y ensayos constantes que tú debes hacer. Uno digiere la información y luego reflexiona sobre ella...». Además, asegura que tiene lugar la confluencia de muchos factores estimulantes, «la riqueza de que ocurren muchas cosas a la vez: gente de muchas partes del mundo, grandes salidas profesionales, “armarte” los estudios como quieras, salir de tu zona de confort...». Como broche de oro a tantas experiencias y aprendizajes, Ajejandro se graduó en mayo.

Europa

Sergio Pascual Díaz

Nada más terminar sus estudios de bachillerato en España, Sergio Pascual Díaz hizo las maletas y puso rumbo a Oxford. Hoy, cuatro años después, puede decir que ha terminado sus estudios de Matemáticas, tres de carrera y un cuarto año de máster en física teórica y matemáticas aplicadas. Durante uno de los veranos que pasaba en Inglaterra aprendiendo inglés, decidió hacer un curso de matemáticas avanzadas que impartía un profesor de Oxford. Él fue quien le animó a mandar una solicitud para cursar allí sus estudios. El resto ya es historia: cuatro años de aprendizaje, trabajo duro y nuevas perspectivas. «Es una experiencia única. Además de recibir una de las mejores formaciones académicas posibles, vivir en el extranjero te hace crecer mucho en el terreno personal». En septiembre, disfrutará del que espera que sea uno de los momentos más especiales: su ceremonia de graduación.

África

Nereida Ripero Muñiz

Jamás imaginó terminar viviendo en África y, sin embargo, de los casi 15 años que lleva en el extranjero una década la ha pasado en este continente. Estudió Filología Hispánica en la Autónoma de Madrid, pero la falta de oportunidades la llevó a marcharse a Inglaterra para ejercer como profesora de español. «Estuve cuatro años trabajando en Londres y también hice un máster allí». Decidió solicitar una beca de tres años para un programa de lectorado a universidades de países en desarrollo con la Agencia Española de Cooperación Intrernacional. Pidió China, pero la plaza se canceló y le ofrecieron marcharse a Nairobi (Kenia). «Jamás pensé acabar en África, pero pensé “bueno, voy a probar”». Cuando se le acabó el contrato, se fue a Ciudad del Cabo porque quería hacer su doctorado en Suráfrica. En total, cuatro años de trabajo que han culminado en la tesis «El puerto y la isla: identidad, cosmopolitalismo e Islam entre mujeres somalíes en Nairobi y Johanesburgo».

Oceanía

Yolanda Coll-Vilella

Hay momentos en nuestras vidas en los que desearíamos abandonarlo todo y cumplir nuestro sueño. Hace seis años Yolanda Call se encontraba en esa tesitura, dejar su trabajo y su vida en Barcelona y viajar a Australia para aprender inglés y tener la oportunidad de estudiar en el extranjero. «Desde que tenía 20 años y estudié un ciclo formativo en Comercio y Marketing en España, siempre quise estudiar una carrera en un país de habla inglesa». La oportunidad llegó una década después. «Cuando cumplí 30 años decidí dar ese paso, tenía un buen trabajo en España y novio -es decir, una relación estable-, pero siempre soñé con viajar y estudiar en Australia y dije: “es ahora o nunca”», relata Yolanda Coll. Cuando llegó a Melbourne comenzó a trabajar en el sector de la restauración para mejorar su inglés. Hace dos años comenzó un grado en negocios turísticos. «Elegí una carrera con carácter internacional, quería estudiar algo que tuviese un valor añadido».

Asia

Ángela Ortega Pastor

La primera vez que Ángela Ortega escuchó hablar de la New York University Abu Dabi fue a través de un profesor de su colegio, el Kings College de Madrid. Estaba a punto de conluir su bachillerato y sopesaba cuál sería el siguiente paso en sus estudios y, aunque en aquel momento era tan sólo un deseo, sería su próximo destino. Unos meses después, tras superar unas exigentes pruebas de acceso, viajó a Abu Dabi para estudiar un doble grado de Economía y Ciencias Políticas. Y lo hizo «con una oferta de beca del Gobierno de Abu Dabi con todos los gastos incluidos», asegura la joven.Ángela es la tercera estudiante española que cursa su estudios en esta universidad y confiesa que algunos de los aspectos que la hicieron decantarse por esta institución fueron «la flexibilidad, transversalidad y el cáracter multidisciplinario de los grados allí, además de un enfoque mucho más práctico. Características que no encontré en ninguna universidad española».