Desapariciones

Nada relevante en el teléfono de Diana Quer

Tras el análisis del móvil, los agentes no han encontrado ninguna pista que aporte novedades en la investigación.

La joven madrileña desaparecida el pasado agosto en A Pobra do Caramiñal
La joven madrileña desaparecida el pasado agosto en A Pobra do Caramiñallarazon

Tras el análisis del móvil, los agentes no han encontrado ninguna pista que aporte novedades en la investigación.

Los agentes de la Guardia Civil que han examinado el contenido de la placa base del teléfono móvil de Diana Quer no han encontrado datos que permitan avanzar en las pesquisas que se siguen desde su desaparición, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación.

El hecho de que el teléfono móvil fuera lanzado al mar después de que alguien introdujera, hasta en siete ocasiones, una clave equivocada para poder acceder a su contenido, había hecho concebir esperanzas de que dicha placa pudiera contener alguna fotografía, mensaje o archivo que diera pistas sobre lo que le ocurrió a Diana Quer.

Esa persistencia en intentar acceder al móvil se podía deber al objetivo de borrar algo que pudiera permitir identificar a los que estuvieron con la joven madrileña en los momentos anteriores a su desaparición.

Incluso si las fotos o archivos habían sido borrados, cabía la posibilidad de recuperarlos.

Sin embargo, después de todas estas maniobras el resultado es que no se han encontrado pistas que permitan avanzar en las investigaciones que, pese a todo, continúan. La Guardia Civil, como ha quedado acreditado otras veces, no da ningún caso por cerrado hasta que realmente lo está.

Los agentes consideraban muy importante la recuperación de toda esta información, ya que se da como seguro que el teléfono móvil no fue lanzado al mar por la joven madrileña, sino por terceras personas. La finalidad de hacerlo desaparecer parecía clara.

Las fotografías, tanto las que hiciera con su móvil la joven desaparecida como las que pudiera recibir, contienen los metadatos. Cada fotografía revela información sobre la fecha y la hora en la que fue realizada; el dispositivo utilizado; aspectos técnicos referidos a la distancia, sensibilidad, etcétera; y, en la mayoría de las ocasiones, su geolocalización. Es decir, dónde fueron tomadas. De momento, al menos, el examen de esos datos no ha dado resultado.

En cualquier caso, los agentes encargados de la investigación siguen trabajando con constancia y de forma minuciosa y, según manifestó ayer mismo uno de ellos a este periódico, «en algún momento se encontrará el hilo correcto entre los miles que tenemos encima de la mesa».

El borrado de fotos y archivos es algo relativamente habitual entre los usuarios de teléfono móvil y, en el caso de Diana, existen precedentes que llamaron la atención de los agentes nada más iniciarse las pesquisas. Tal y como informó LA RAZÓN el pasado mes de septiembre, la joven pudo haber deshabilitado casi todos los servicios que contenía su iPhone. Los agentes que investigaban el contenido de la tarjeta SIM, duplicada con autorización judicial, se encontraron con que no contenía prácticamente datos relevantes para esclarecer su desaparición.