6 razones por las que no dar leche de continuación a menores de 36 meses

Parece que todos sabemos que la leche de vaca no es recomendable para los bebés, al menos hasta que tienen 1 año. La razón es simple: el riñón de los pequeños no está preparado para la sobrecarga de proteínas y minerales que tiene esta leche.

Parece que entonces lo normal es que los bebés beban leche de crecimiento, hay una oferta amplísima en el mercado. Sin embargo, estas leches no son tan recomendables como parece.

La leche de vaca antes del año se puede introducir en pequeñas cantidades, por ejemplo en yogures, que se introducen a partir del octavo mes. Y estos son más sanos que los hechos a base de leche de fórmula ¿Por qué?

Os señalo algunas de las razones por las que la leche de continuación no es considerada la más adecuada:

1. Contiene más azúcares añadidos y aromas. En la leche de vaca sólo encontramos la lactosa, añadida de forma natural.

2. Si el niño tiene una dieta saludable, ya tiene el aporte vitamínico recomendable. No hace falta darle el “plus” que promete la leche de crecimiento.

3. La leche de crecimiento tiene menos calcio que la leche de vaca.

4. También tiene menos proteínas.

5. La leche de crecimiento sí tiene menos aporte de grasas saturadas y más ácidos grasos esenciales, asemejándose más a la leche materna. Pero esos ácidos grasos ya están presentes en lo que debería ser la dieta normal del bebé (aceite de oliva, cereales, huevos, pescado...) por lo que un extra no es necesario.

6. Estas leches de fórmula son mucho más caras.

En conclusión, parece que por todo lo anterior no merece la pena gastar más para darle leche de continuación a los pequeños entre los 12 y los 36 meses, como recomiendan algunos.

De hecho, a mi incluso mi pediatra me recomendó no darle leche de vaca al año, ir introduciéndosela poco a poco, y mientras seguir con la leche de continuación. De ahí, pasar directamente a la leche de vaca, sin pasar por la de crecimiento. Ahora entiendo el por qué.