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¿Tu hijo se aburre? ¡No pasa nada! Además de normal es muchas veces positivo.

¿Tu hijo se aburre? ¡No pasa nada! Además de normal es muchas veces positivo.
¿Tu hijo se aburre? ¡No pasa nada! Además de normal es muchas veces positivo.larazon

¿A quién no le han dicho “me aburro”? Algunos niños se entretienen solos mejor que otros, pero todos, en algún momento, se aburren. Y más en vacaciones, en las que a veces hasta ellos echan de menos la rutina, el cole, el tiempo ocupado y saber qué tienen que hacer en cada momento.

Precisamente ése es el posible origen del aburrimiento en los niños: que los días lectivos tienen la agenda llena. El cole, extraescolares, deporte, deberes, los amigos, celebraciones... todo les viene impuesto y no tienen nada que decidir, casi ni que pensar.

Cuando no tienen un planning que seguir, hay veces que no saben qué hacer y se aburren. Y... ¿cómo reaccionamos nosotros? Pues con preocupación, ansiedad, rabia, sorpresa... (¿Os suenan frases como “Es que este niño no se sabe entretener sólo”; “¿Cómo es posible que te aburras con todos los juguetes que tienes?”; “¡Con cinco años no puedes aburrirte!” o “¡Ya me gustaría a mí aburrirme un poquito!”?). Algunas veces lo dejamos todo y corremos a buscar alguna actividad, manualidad, libro o entretenimiento diverso para acabar con el tedio del niño. Y otras buscamos una salida fácil y recurrimos a frases como “pues ve un rato la tele” o a otras igual de socorridas como “toma un rato mi móvil” o “juega un rato a la Play”.

Y... ¿si el niño no consigue entretenerse? Se altera, se enrabia... y nosotros nos sentimos o culpables o enfadados.

¡Pues resulta que el hecho de que se aburran de vez en cuando no les viene mal! ¡Fuera preocupaciones y enfados! Resulta que sentirse aburridos les hace pensar, les impulsa a ser creativos, a intentar entretenerse. Expertos aseguran que el aburrimiento es un factor clave a la hora de estimular la creatividad de los menores y favorece el desarrollo de la tolerancia a la frustración.

En lugar de darles nosotros la solución, hagámosles pensar un poco. Preguntémosles “¿Qué te apetece? ¿Qué puedes hacer con esto? ¿Por qué no pintas algo bonito? ¿y si lees un libro?”.

Cualquier actividad, por simple que parezca, para ellos puede resultar una novedad porque durante el año no lo hacen: bajar la basura, pasear, jugar al veo veo, buscar formas en las nubes...Su aburrimiento impulsa su creatividad... ¡y la nuestra!

Ante todo, no es sintáis culpables. Además de normal, es parte de su aprendizaje.