UPyD

Un acto revolucionario

Un acto revolucionario
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Si hay algo que caracteriza a UPYD y lo diferencia del resto de partidos políticos es su coherencia y su insistencia en defender las mismas ideas y los mismos principios, de manera coherente, en cualquier parte de España. Sin malabarismos lingüísticos, de frente, sin disimulos y con absoluta honestidad. Así lo hemos hecho siempre y lo hacemos hoy y lo haremos en el futuro. Si hay algo que considere que nos haya caracterizado, en nuestro trabajo institucional en el Parlamento Vasco, algo de lo que me siento y nos sentimos especialmente orgullosos, además de todo aquello que habitualmente recordamos (nuestra defensa de la igualdad, la unidad del país, nuestra oposición a todos los privilegios y a todas las injusticias, nuestra oposición contundente a los secesionistas que quieren romper España, nuestra defensa de las personas más afectadas por la situación económica y los recortes sociales, nuestro lucha contra la corrupción política, nuestra cercanía a las víctimas del terrorismo), es algo sobre lo que quizás no se insiste demasiado, una máxima que resultó ser revolucionaria y que repetí en varias ocasiones en la tribuna, ante los rostros ojipláticos del respetable: “un diputado vasco debe defender los intereses de los ciudadanos vascos... pero también los de los restantes ciudadanos españoles”. Por muy razonable que parezca, les rompía los esquemas mentales. Todavía recuerdo a sus señorías subirse por las paredes.

Y es que los diputados autonómicos, además de ser representantes de los ciudadanos de su comunidad, son ciudadanos españoles, y su obligación es pensar en el interés general de España. Porque, además, el devenir del conjunto del país afecta a cada una de sus partes. Y porque el bienestar de nuestros conciudadanos debe condicionar cada una de las actuaciones e iniciativas de los representantes institucionales. Y porque es ética y políticamente inaceptable que, en función del lugar desde donde uno hable, defienda ideas o principios contradictorios, a mayor gloria de un puñado de votos. Seguro que cometimos errores, pero esto es lo que hizo siempre bien UPYD y en concreto lo que hizo un servidor en el Parlamento Vasco: pensar en el interés general. Seguramente, un acto revolucionario. Pero un acto revolucionario necesario.

El día 25 son las elecciones autonómicas vascas y gallegas. Les invito a los diputados que salgan elegidos a que obren del mismo modo: que atiendan a los habitantes de esas comunidades autónomas... y a los intereses generales del conjunto de España.