Crítica de cine

«La niebla y la doncella»: Demasiada bruma

La Razón
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Dirección y guión: Andrés Koppel, basado en la novela de Lorenzo Silva.

Intérpretes: Quim Gutiérrez, Verónica Echegui, Roberto Álamo. España, 2017.

Duración 104 minutos.

Thriller

Humedad verde, helechos gigantes, agua oscura, un turbio presentimiento de tragedia, de muerte violenta, de sangre manchando la tierra mojada. En la profunda Gomera, un joven de pasado dudoso aparece brutalmente asesinado, pero la Guardia Civil de la zona no consigue encontrar al verdadero culpable (el político Padilla, acusado del crimen, fue finalmente absuelto por un tribunal popular). De ahí que, tres años después, se reabra el caso y envíen hasta allí al sargento Bevilacqua (un hierático Quim Gutiérrez que parece no creerse nada) y la cabo Chamorro, que se topan con una realidad mucho más enrevesada y espesa de lo que imaginaron, así como una colega (Verónica Echegui, lástima de este un tanto desenfocado regreso) que calla más de lo que aparenta. Posee la historia, que empapa y se empapa de ese paisaje claustrofóbico, fatalista y umbrío, su notable punto de morbo, detalles que tienen miga y un trasfondo desasosegante, pero la película dirigida por el debutante Andrés Koppel resulta demasiado confusa, con un guión que no deja claros todos los vericuetos que subyacen a la trama principal, de ahí que en la resolución del misterio a más de un espectador se le pueda quedar cara de plancha. Recordemos «La isla mínima», el excelente thriller de Alberto Rodríguez igualmente envuelto en neblinas y chorreando presagios, para entender que el regreso del cara palo Bevilacqua y la muchacha que lo acompaña con tan poco que decir se lo deberían haber pensado un rato largo. Este atolón sí que es diminuto.

Lo mejor

La fotografía, con esos sombríos y bellos paisajes de La Gomera donde se desarrolla la película

Lo peor

La historia es muy enrevesada, mientras que los actores parecen pensar en otra cosa