Crítica de libros

Macabro regreso al origen

Macabro regreso al origen
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Un argumento reducido al mínimo, una arquitectura novedosa y una intensidad verbal que coquetea con el exceso son los rasgos esenciales de la obra de Javier Pastor, que se estrenó en 1999 con «Fragmenta», publicada gracias al entusiasmo lector de Juan Goytisolo y de Esther Tusquets, y que con sus dos novelas siguientes («Esa ciudad» y «Mate Jaque») fue dando muestras de ser un escritor único y original, capaz de aventurarse por caminos poco transitados de la narrativa española actual para ofrecer, en sus diferentes novelas, una estructura audaz y una potencia narrativa que no se encuentran sustentadas, exclusivamente, por un argumento lineal y al uso.

En «Fosa común», cuarta y esperada novela de Pastor, el autor se centra en los últimos años de la historia española, especialmente en los que transcurrieron desde ese momento crucial como lo fue la época de la transición hasta ahora, para plasmar una trama sobre el tiempo, la memoria y el olvido. Así, en una ciudad de provincias que tiene un marcado y cerrado acento militar, aparece en escena Jaime Arzain, un adolescente que, mientras asiste al derrumbe de lo que hasta hacía poco le resultaba familiar, deberá vérselas no sólo con cuestiones propias de su edad (el descubrimiento del amor, del sexo y la amistad), sino que también deberá asimilar un paisaje nuevo, hecho de elecciones constituyentes, de atentados y de una algarabía democrática en la que se mezclaban la esperanza, el miedo y el futuro.

Ese mismo adolescente, muchos años después, regresará como un hombre a esa ciudad de provincias, pero el reencuentro con su pasado no será tal como se lo esperaba, pues allí aún sobreviven, como sombras de un tiempo inmemorial, los estertores de un mundo perdido. Un mundo que Jaime Arzain intentará recomponer con fragmentos dispersos que anidan en su memoria, tan llena de olvido y de recuerdos, y en la que aparece, con todo su horror, un hecho macabro: el crimen perpetrado en 1975 por un capitán del ejército, que mató a su mujer y a sus cuatro hijos.

Intensa, ambiciosa, y con un sentido del ritmo que, por momentos, puede volverse abrumador por el impulso verbal y narrativo desplegado por el autor, «Fosa común» es una novela que parece inagotable, un poderoso artefacto literario con vida propia y que sitúa a Javier Pastor como uno de escritores más raros, singulares y extraordinarios de la literatura española del momento. Sólo el tiempo dirá si su obra permanece. O no.