Crítica de cine

Qué felices somos cuando el débil se rebela

El récord de asistencia de espectadores en la Piazza Grande, el más famoso marco y casi sello de identidad de este certamen, está en 7.500 espectadores para ver la película «Sparring», de Samuel Jouy

El director Samuel Jouy en el photocall de la película Sparring.
El director Samuel Jouy en el photocall de la película Sparring.larazon

El récord de asistencia de espectadores en la Piazza Grande, el más famoso marco y casi sello de identidad de este certamen, está en 7.500 espectadores para ver la película «Sparring», de Samuel Jouy.

De momento, el récord de asistencia de espectadores en la Piazza Grande, el más famoso marco y casi sello de identidad de este certamen, está en 7.500 espectadores para ver la película «Sparring», de Samuel Jouy. También en la sección de Piazza Grande hemos visto la cinta «Chien», de Samuel Benchetrit, un filme de dependencia de amo sobre criado o, más concretamente, buenazo dominado por sádico y malvado individuo que le maltrata queriéndole convertir en un perro y es igual de cruel con los perros que cuida.

En esta lucha siempre esperamos que el débil se rebele y ataque al amo. Esto sucede y somos felices. Al final, gana el bueno. Pero vemos que han muerto los dos. Antes al personaje débil lo ha dejado su mujer, su hijo no lo trata y se ha quedado sin trabajo, un auténtico desastre. Y ahora, tras la muerte, una voz en «off», se le ve feliz, con su mujer, con su hijo y con todo. ¿Esto lo ha imaginado poco antes de morirse? ¿O el director no tiene ni idea de contar la historia bien? Si algún día se estrena, que le quiten el acaramelado final.

Vamos con las habituales dos películas a competición, auténtico fracaso. «Goliath», de Dominik Locher: pareja que viaja en el metro es atacada salvajemente por un imbécil. La mujer está al comienzo del embarazo y el hombre decide convertirse en un cachas. No sabemos porque no nos lo cuentan, si lo está haciendo para vengarse o para que no le vuelva a ocurrir, con lo cual es un desastre del tal Dominik Locher porque al ponerse ciego de esteroides el muchacho se convierte en un machista maltratador incluso de su mujer embarazada. Desastre.

La otra película es una coproducción entre Francia y Portugal titulada «9 Doigts», escrita y dirigida por F. J. Ossang, que no tiene ni idea de ninguno de los dos oficios. Su mayor tontería ha sido rodarla en falso blanco y negro, es decir, a la cámara digital quitarle el color. Además es un «thriller» del que no se entiende nada, no se sabe quién es el malo ni los buenos, porque está pésima y confusamente contada.