Salud

Deporte sin riesgos para el corazón

La creciente «locura del deporte de alta intensidad» pone en alerta a los especialistas, que recomiendan chequeos médicos y sentido común antes de comenzar a practicarlo.

Se necesita una preparación previa para realizar deportes de gran impacto. Además, se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de ponerse a ello.
Se necesita una preparación previa para realizar deportes de gran impacto. Además, se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de ponerse a ello.larazon

La creciente «locura del deporte de alta intensidad» pone en alerta a los especialistas, que recomiendan chequeos médicos y sentido común antes de comenzar a practicarlo.

En la Comunitat Valenciana se producen cada año alrededor de 3.000 muertes súbitas por arritmias cardíacas. Es más, la tercera parte de la mortalidad global de la población se debe a causas cardiovasculares. Así, por ejemplo, en Valencia el 6 por ciento del total de fallecimientos corresponde a muertes súbitas extrahospitalarias, siendo la tasa anual de mortalidad general por esta causa de 38,9 por 100.000 habitantes.

Estos datos preocupan a la sociedad médica, más aún teniendo en cuenta el auge del deporte entre la población en general. De ahí que el Hospital de Manises haya puesto en marcha una campaña en Twitter a fin de concienciar a los valencianos sobre los riesgos de muerte súbita en relación con el deporte. Y es que tal y como apunta Luis Mainar, jefe del Servicio de Cardiología de este centro hospitalario, «lo que estamos viviendo en estos años es una especie de locura en la práctica del deporte de altísima intensidad, sin que nos hayamos planteado una preparación previa».

En este sentido, el especialista recuerda que el deporte es bueno, sano y se debe fomentar, «pero hay que practicarlo de forma segura y esto solo se logra consultando con tu profesional de salud y haciendo un chequeo pertinente para saber que tu corazón está preparado para soportar esta exigencia física».

Hábitos saludables

Y no sólo eso, aconseja que si el deporte se va a prolongar en el tiempo, también tenemos que saber que nuestro corazón se va a adaptar a ese ejercicio físico continuado. No todos los corazones se adaptan igual, a algunos no les sienta bien que les estemos poniendo constantemente al límite. Someter un corazón que no está preparado a un sobreesfuerzo puede desencadenar arritmias y, en algunos casos, muerte súbita.

Es un error, asegura, no tener en cuenta los factores de riesgo cardiovascular más habituales, como la hipertensión, tabaquismo, diabetes o colesterol elevado. También la actual forma de vida que nos lleva a una alimentación «fast food». «No tenemos tiempo de preparar bien lo que comemos, de pensar en un menú semanal equilibrado. No deberíamos improvisar comidas o cenas. Además hay que evitar el sedentarismo, es tan perjudicial como el ejercicio extremo».

En la parte positiva, Mainar celebra que las personas adultas son las que más controles médicos siguen y más hábitos cardiosaludables respetan, y mucho más las mujeres como se corrobora en diferentes estudios. Además, los deportistas constituyen un grupo de población que suele estar muy concienciado en su salud en general y en concreto en las posibles afecciones cardiacas.

Con todo, los especialistas calculan que alrededor del 15 por ciento de la población padece una arritmia y no conoce su existencia. La más frecuente es la conocida como extrasistolia (latido adelantado con respecto a la frecuencia cardíaca habitual) que suele manifestarse como palpitaciones. Además, las personas mayores presentan tasas elevadas de arritmias como la fibrilación auricular, en ocasiones no diagnosticada durante un largo periodo de tiempo, y la falta de tratamiento aumenta mucho el riesgo de esta arritmia, sobre todo de embolias.

Por otra parte, las «alteraciones cardiológicas», que aparecen sobre todo en personas jóvenes y que se relacionan con el deporte de alto impacto, se pueden dividir tres grandes grupos. Las «cardiopatías estructurales», las «displasias del ventrículo derecho» y las enfermedades genéticas que alteran los canales eléctricos del corazón, como el síndrome de Brugada y que, sometidas a estrés, pueden producir arritmias graves y muerte súbita.

Y para todos, un consejo: tomarse la vida con más calma. «El estado emocional puede afectar a la salud de nuestro corazón. El estrés y la ansiedad pueden agravar procesos subyacentes, sobre todo arritmias y patología isquémica como angina o infarto de miocardio».