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¡Basta de ensuciar a Hugo!

¡Basta de ensuciar a Hugo!
¡Basta de ensuciar a Hugo!larazon

Hasta aquí hemos llegado. Los responsables del Atlético de Madrid tienen que tomar una decisión definitiva. O poner un punto final o un punto y seguido hasta con algún vigilante de seguridad a lo que está ocurriendo con la placa de Hugo Sánchez en el Paseo de la Fama del nuevo Wanda Metropolitano. Es lamentable que en cada partido que se disputa en este impecable y moderno escenario recién inaugurado, la placa del mexicano se convierta en un vertedero de toda clase de basura, sin respeto y con agresividad para quien ha vestido la camiseta rojiblanca en 111 ocasiones.

Es historia del club

Las palabras del presidente Cerezo fueron muy claras: «Nosotros lo hemos hecho en base a una trayectoria profesional con el club». Es verdad que el fútbol está cargado de pasión y sentimiento y que los aficionados se manifiestan por los hechos que ocurrieron en 1985, pero la historia nunca se puede borrar. No olvidemos que el mexicano marcó los dos goles de la final de Copa en el Santiago Bernabéu que le dieron el título frente al Athletic de Bilbao. Y que también fue «pichichi» en la temporada 84-85 y subcampeón de Liga en los cuatro años que estuvo con la familia rojiblanca. Creo que su historial atlético no es motivo para tanto desprecio, aunque luego se marchara al eterno rival de la capital y eso provocó la ira de los rojiblancos, que lo interpretaron como una gran traición. Aunque Hugo dice que él siempre fue un gran profesional y que guarda un grato recuerdo de su etapa en el Atlético.

Debate y respeto

La vida sigue y hay que tener una cultura civilizada y respetar a los que fueron historia con el Atlético, como Hugo, que jugó esos más de cien partidos que era el listón puesto por el club para decidir a los elegidos para su Paseo de la Fama. Se puede debatir si es acertada o no esta elección y algunas otras (Kun, Arda...) para los sentimientos de los colchoneros, pero no se debe ir en direccin contraria a una realidad evidente. Y nunca, nunca más, convertir esa placa en lamentable suciedad.