Real Madrid

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Un Real Madrid a medio gas vence sin problemas al Eibar

El conjunto blanco se impuso con facilidad al Eibar y recupera la autoridad de jugar en el Bernabéu

Los jugadores del Madrid celebran uno de los goles del Madrid anoche en el Bernabéu
Los jugadores del Madrid celebran uno de los goles del Madrid anoche en el Bernabéularazon

El conjunto blanco se impuso con facilidad al Eibar y recupera la autoridad de jugar en el Bernabéu.

¿Qué es Benzema? Es una pregunta habitual entre los aficionados del Real Madrid. Los más clásicos, que recuerdan a Santillana o a Hugo Sánchez se confunden cuando le ven ahí con el nueve y esa sangre fría que puede con los nervios de alguno. Jamás vieron, por ejemplo, hacer a Hugo lo que hizo Benzema en el tercer tanto del Madrid contra el Eibar: cuando le llegó el balón al borde del área no tiró, pero tampoco hizo un pase banal, horizontal, qué va, realizó los más inesperado: devolvérsela a Marcelo, que casi ni la esperaba para marcar el tercero de una tarde plácida en el Bernabéu, sin emoción y algunos buenos detalles, un partido habitual en el campo del Real Madrid pero que esta temporada no se está dando con tanta frecuencia como debería.

Benzema era el hombre del partido, pero ni siquiera fue titular. La defensa que de él hizo Zidane el sábado no daba a entender que no fuera a estar en el once, pero las alineaciones del entrenador francés son un acertijo por el que tendrían que empezar a dejar apostar las casas de apuestas. Es una manera fácil de que hagan dinero porque no hay manera de acertar con su equipo. En una semana en la que el Real Madrid sólo tiene el compromiso de Fuenlabrada, en la Copa, Zidane apostó por Ceballos, por Asensio y Theo. Las rotaciones son ya un método y no se hacen pensando en el futuro más próximo: hay un plan trazado con una visión a largo plazo.

Isco

Salió el Madrid con un centro del campo para jugar la pelota y tenerla y donde, a la espera de que Modric vaya cogiendo su mejor punto, Isco hace de jefe de todo. Se mueve por todas las zonas y bien puede empezar las jugadas como un medio centro, hacer de interior o terminarlas como media punta. Él sacó el córner tras el que marcó el primer tanto el conjunto blanco y suyo fue el pase para que Asensio hiciese el segundo. Hizo lo que Benzema: en vez de poner el balón al centro del área, a ver qué sucede, se la dio a Asensio, al que nadie del Eibar fue capaz de ver. Está en todo el andaluz, al que ya nadie discute y se nota en su forma de pedir el balón y llevar al equipo. Isco fue el que más se movió y el que más hizo mover a sus compañeros en un día sin urgencias.

Seguridad

Fue irregular el Madrid, al que al principio molestó la presión alta del Eibar y que, además, pudo jugar con buen ritmo. Tampoco lo necesitó. Tuvo la puntería o la fortuna, que le ha faltado otros días, para marcar y no necesitar delanteros de última hora o el corazón y el empuje. Fue un partido que controló desde el principio hasta el fin: tranquilo al principio y durante gran parte del choque y más desbocado al final, con los cambios de Zidane para mover a los suyos.

Fue un Madrid más sólido que espectacular, sobrio para sacar el encuentro y no dejar resquicio al Eibar. El conjunto de Mendilibar apenas inquietó a Casillas y sólo pudo reclamar un penalti de Casemiro a Iniu, pero le faltó ambición o calidad para hacer algo de daño al Madrid.

Con el paso de los minutos, cambió el dibujo Zidane para terminar el choque jugando con un 4-4-2 de toda la vida, con dos mediocentros, como Modric y Casemiro y dos extremos: Lucas Vázquez en un lado y Theo en le otro, éste con Marcelo detrás, en una combinación que le gusta mucho a Zizou y que parece que quiere probar para otros días. Fue un Madrid más rápido que el anterior, que prefería jugar más al pie que al espacio y se soltó un poco más.

Marcó así Marcelo y no lo hizo Ronaldo, que se pasó el encuentro buscando el tanto, como hace todos los días, pero sin suerte. Puede que no haya otro jugador en el fútbol que le ponga tanto empeño y muestre tanto su desesperación por lo que no le sale. Se quedó sin marcar, pero esta vez sí ganó el Madrid.

Al mando

El centrocampista se hizo el dueño de la situación. Pidió la pelota y empezó a mover el equipo. Dio 21 pases de los 562 que hizo el Madrid el sábado, pero lo importante fue la sensación de tranquilidad que transmitió al resto de los compañeros. En otros partidos de esta temporada, con un resultado así en los últimos minutos, al Madrid le ha podido la histeria, los nervios y se ha vuelto loco pensando que el corazón era más importante que el orden. Y se equivocaba. Isco ha aprendido la lección: tomó el mando y dirigió al equipo con tranquilidad y con la sensación de que aún quedaba una bala que gastar y que iba a ser la buena. Ya hizo algo parecido la temporada pasada, cuando se convirtió en uno de los jugadores principales, como aquella tarde en Gijón, cuando marcó en el último suspiro.

Evolución

Pocos jugadores en el mundo han evolucionado lo que Isco en los últimos meses. Siempre fue un jugador llamativo, especial, capaz de asombrar a los aficionados y sorprender a los rivales, pero ahora es un jugador total: «Isco juega así porque le sale, es lo que lleva dentro. No intenta adornarse, su juego es callejero. Es un placer jugar con él. Está en una forma formidable y ojalá siga así mucho tiempo», explicaba después del encuentro Lucas Vázquez. La temporada pasada terminó con siete pases de gol en Liga. Ésta ya lleva dos y también un par de tantos, más el que le hizo al Manchester United en la Supercopa de Europa, en el primer partido de la temporada. Desde entonces, ha sido fundamental en el Madrid, casi sin bajones. Ronaldo ha pasado por su sanción, Benzema se ha lesionado, Asensio no ha podido mantener su nivel del principio, pero Isco ha mantenido su alto nivel con una regularidad