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Muere el empresario Juan Lladró, genio de la porcelana

Junto a sus hermanos, logró hacer de una firma familiar valenciana uno de los exponentes del diseño y el lujo español en todo el planeta

Juan Lladró, en una imagen de archivo
Juan Lladró, en una imagen de archivolarazon

Junto a sus hermanos, logró hacer de una firma familiar valenciana uno de los exponentes del diseño y el lujo español en todo el planeta.

El empresario y ceramista valenciano Juan Lladró, cofundador de la prestigiosa firma de porcelana decorativa y de Antena 3, de la que fue consejero, falleció ayer a los 91 años, tras colocar a la empresa creada en 1953 con sus hermanos José y Vicente como sinónimo del lujo y la sofisticación durante décadas. Las «figuritas» de Lladró surgieron de la inquietud artística de los tres hermanos, que utilizaban un horno familiar situado en su propia casa en Almàssera.

Formado en la Escuela de Artes y Oficios de San Carlos, al igual que sus dos hermanos, Juan Lladró (1926) introdujo innovaciones no sólo en el diseño y el estilo de las figuras, sino también en las técnicas de cocción, consiguiendo obtener el acabado cristalino y las tonalidades pastel propias de las obras Lladró. El crecimiento de los encargos derivó en la apertura de su primera tienda propia en Valencia, a finales de los 50.

En menos de una década, la empresa se instaló en la vecina localidad de Tavernes Blanques. Se incorporó el sello «Spain» junto al logotipo de Lladró como claro indicador de la vocación exportadora de una empresa que ya en 1965 destinaba parte de su producción a Canadá y se empezaba a introducir en EE UU. A finales de los 60, la empresa inaugura la Ciudad de la Porcelana, en la que agrupa casi todas sus instalaciones y logra con «Triste Arlequín», una figura estilizada de aire «picassiano», abrirse a los mercados de los cinco continentes. En los 60 y los 70 se abren tiendas en EE UU, Canadá, Alemania, Bélgica, Italia, Reino Unido, Japón, Hong Kong, Singapur o Australia. También en los 70, se lanzan dos nuevas líneas: el gres, un material que permite realizar esculturas de gran formato, y los jarrones, donde los maestros Lladró dan rienda suelta a su creatividad. En la siguiente década, Lladró se abre al mercado nipón, donde se establece una filial, a la que seguirán las de China, Australia, EE UU y Reino Unido.

Cuando la mayoría de empresas españolas apenas podía soñar con salir a nuestros países vecinos, Juan Lladró y sus hermanos habían logrado en tres décadas colocar a una firma española en todo el mundo como sinónimo de calidad y exclusividad. En su Ciudad de la Porcelana de Tavernes Blanques, con piscinas e instalaciones deportivas, daban trabajo por entonces a 2.000 personas, la mayoría mujeres.

La empresa recibe en 1993 los Premios Príncipe Felipe a la Internacionalización (1993), a la Competitividad (1997) y a la Gestión de Marca Renombrada (2001). En 1991, el Museo Hermitage de San Petersburgo dedica una exposición de esculturas de Lladró. En 1997, se abre el Centro Lladró en Beverly Hills, que se une al museo y galería que la firma tenía desde 1988 en Nueva York.

En 2003, la familia Lladró decidió romper la sociedad, que hasta entonces se repartía entre los tres hermanos al 33%, de modo que Juan y sus cuatro hijas pasaron a controlar el 70%, y el 30% restante, a partes iguales, entre los otros dos hermanos y sus hijos. La firma fue adquirida en enero pasado por el fondo inversor PHI Industrial.