Ingeniería

«No se puede contratar el trabajo de los ingenieros por subasta»

Pablo Bueno es Presidente de Typsa
Pablo Bueno es Presidente de Typsalarazon

Pablo Bueno Tomás es la cabeza visible de la segunda generación de Typsa, una de las grandes ingenierías de nuestro país, cuyo volumen de negocio alcanzó el año pasado los 220,33 millones de euros. Pero lo que llama poderosamente la atención de esta empresa familiar, pionera en la internacionalización –lleva más de 40 años en Oriente Medio– es que el 87% de esa cifra corresponde a los mercados exteriores.

– El fundador de la empresa, su padre, le sometió a un intenso y exigente «training» antes de poner en sus manos la dirección de su «criatura».

– Sí, sobre todo al principio. Después, ha hecho que vuele solo. Efectivamente, ni he sido ni soy un ingeniero especializado en un área concreta. Hice un máster en Administración de Empresas en el IESE, he trabajado en todas las áreas técnicas y he vivido fuera, y a partir de 2004 hasta que fui nombrado CEO, mi prioridad fue el proceso de internacionalización de la compañía.

– ¿Qué espíritu diferente infundió Pablo Bueno Sainz a Typsa?

– El fundador es una persona con una capacidad asombrosa de trabajo. Un hombre inteligente con una visión muy clara de las cosas y una irrepetible habilidad para la síntesis e identificación de los problemas. Es un hombre reiterativo e incansable que ha sabido transmitir ese espíritu a todos los que integramos la plantilla de Typsa. La insistencia y la consistencia son sus principales cualidades.

– ¿Cuál es el valor diferencial de Typsa?

– Es una verdadera ingeniería que está en la ola de la tecnología. Podemos hacer gala de tener el mejor software, desarrollar los mejores procedimientos internos, estar presentes en los foros técnicos más importantes, primar la investigación... Sobresalimos, en resumen, por la calidad, el servicio, la dedicación. Todos los años dedicamos dos millones de euros a formación. No somos, en absoluto, un «broker» de la consultoría de ingeniería. No contratamos y luego troceamos y buscamos quien nos lo haga con el fin de sacar el mayor dinero posible. Nuestra gran ambición es ser tecnológicamente excelentes.

– ¿Colaboran con las universidades?

– El profesorado de las escuelas de Ingeniería prácticamente no puede ejercer su profesión por el estricto régimen de incompatibilidades al que está sometido. La experiencia profesional no cuenta nada para el ejercicio de la docencia, lo que está haciendo que la formación sea eminentemente teórica y que, lamentablemente, la preparación del ingeniero esté decayendo.

– ¿No le alerta que las aulas de escuelas de ingenieros se estén quedando vacías?

– Lógico. Hay muchas, 40, cuando hace nada, apenas había cuatro. Y, además, la profesión de ingeniero está muy devaluada.

– Pero el ingeniero español tiene mucho prestigio en exterior.

– Estamos viviendo de las rentas. Más pronto que tarde dejará de tener esa buena fama. En el pasado, los ingenieros de Caminos pasaban por una serie de filtros y su formación era excelente. Además, la cuantiosa obra pública que se hizo en España a finales del XX y principios del XXI, también ayudó mucho. Sin embargo, llevamos una década en la que al ingeniero se le contrata por subasta, lo que ha llevado a que sus sueldos hayan bajado tanto y la carga de trabajo se haya reducido. La profesión de ingeniero está desprestigiada, mal pagada e incomprendida.

– ¿Cómo consiguen que su endeudamiento sea cero?

– Hemos seguido la política de destinar alrededor del 70% del beneficio después de impuestos a reservas. Con esos recursos financiamos nuestra actividad y crecimiento. Tenemos acordadas determinadas líneas de crédito por si, en algún momento, las necesitamos. Ahora, Oriente Medio está pagando con mucho retraso y, probablemente, tengamos que recurrir a ellas en algún momento. Esa fue una idea que nos transmitió el fundador. Él echaba con cajas detempladas a los jóvenes economistas y consultores que le decían que desaprovechaba oportunidades por no apalancarse: «Nene, tú no tienes ni idea, tú no viviste la crisis de los 70», les decía.

– ¿Tiene Typsa muchos pretendientes?

– Le sale aproximadamente uno al mes. No tenemos ni la más mínima intención de que la compañía deje de estar en manos de sus accionistas. Ni queremos vendérsela a ninguna multinacional ni mover la sede social de España, cosa que sería bastante inteligente porque son muchas las trabas que nos ponen aquí.

– ¿Cómo han logrado una implantación exterior tan grande?

– Pues gracias al montón de personas sacrificadas que sienten los colores y han dedicado mucho esfuerzo a esta tarea. Typsa tiene detrás ingeniería de verdad, profesionales, procedimietnos y sistemas propios capaces de resolver grandes problemas de forma eficaz en prácticamente cualquier punto del mundo.

– ¿Qué mercados internacionales son los más complejos?

– A nosotros donde nos ha ido mejor es el Norte de Europa y Oriente Medio. Esta última zona ahora está en crisis y está pagando con cierto retraso, pero históricamente siempre ha cumplido con su palabra. En Hispanoamérica, la ingeniería está valorada a mitad de camino entre España y los países de Europa del Norte donde sí son conscientes de la eficiencia económica de invertir en pensar. Estados Unidos es un paraíso, pero la inversión en infraestructuras ha estado paralizada.

Casi 90% internacional

Typsa es una de las grandes ingenierías españolas. Empresa familiar, de capital 100% español. Fundada en 1966 por Pablo Bueno Sainz, facturó 220, 33 millones de euros en 2016, de los cuales 191,91 se realizaron en los mercados exteriores y sólo 28,42, en España. El 87% de su negocio es internacional. Con una plantilla de 2.471 personas, está presente en Oriente Medio desde finales de los 70, donde ha participado en los proyectos de obra civil más destacados. Recientemente le ha sido adjudicado un contrato para la modernización de la autopista I-15 de California por un importe de 20 millones de euros.

EL PERFIL

Pablo Bueno es un ingeniero de Caminos que no tiene pelos en la lengua. Ha hecho toda su carrera en la empresa que fundara su padre y de la que hoy es su CEO y presidente. Pero el nivel de exigencia que ha tenido que superar ha sido alto porque no pudo llegar, ver y vencer. Se ha tenido que ganar el puesto con brega y conocimiento. Ha ocupado distintos cargos en asociaciones nacionales e internacionales. Ahora, es el presidente del Foro para la Ingeniería de Excelencia (Fidex).