Reino Unido

El espionaje británico quiso captar a «Yihad John»

Polémica en Reino Unido porque Emwazi, el verdugo del Estado Islámico, logró viajar a Siria tras haber sido fichado por el MI5

Emwazi, el paso de un niño completamente integrado a «monstruo» del EI
Emwazi, el paso de un niño completamente integrado a «monstruo» del EIlarazon

Polémica en Reino Unido porque Emwazi, el verdugo del Estado Islámico, logró viajar a Siria tras haber sido fichado por el MI5

Diane Foley, la madre de James, ha dado una lección ejemplar. «Como madre le perdono», declaró ayer Foley a «The Times» nada más conocerse que el verdugo que decapitó a su hijo es Mohammed Emwazi. Pero no todas las familias de los seis occidentales ejecutados por el «yihad John» han reaccionado con la misma paz interior que mostró Diane. Nadie más que ella conoce el calvario que ha tenido que llevar por dentro desde que su amado hijo desapareció hace dos años en Siria. Ahora Foley está en paz consigo misma y con el asesino de su hijo y no quiere que la venganza le traiga de nuevo más dolor.

Sin embargo, Bethany, la hija de la primera mujer del cooperante británico David Haines, no oculta su odio. «Creo que todas las familias sentirán descanso y alivio cuando lo veamos con una bala entre los ojos», sentenció Bethany. Su viuda, Dragana Haines, no quiere que el carnicero del Estado Islámico tenga una «muerte honrosa» en el campo de batalla sino que pueda ser capturado con vida para ser puesto delante de un tribunal, declaró a la cadena británica BBC. Los sentimientos de los familiares de las víctimas se entrecruzan con los nuevos datos que salen a la luz del «yihad John». A medida que se conoce más sobre su vida, más extraña se hace su transformación. Cuando llegó a Reino Unido con tan sólo seis años, Emwazi era un niño sociable, buen estudiante, y al que le gustaba jugar al fútbol. Como miles de niños británicos, era un fan empedernido del Manchester United. De hecho, aunque era el único musulmán de la clase, nunca mostró fanatismo hacia su religión. Es más, de pequeño abrazó el estilo de vida británico y en poco tiempo aprendió ingles con un perfecto acento londinense.

Según publicó ayer «The Daily Mail», sus ex compañeros de colegio en la Iglesia de Santa María Magdalena, al oeste de Londres, lo describen como un chico «tranquilo» que como cualquier niño de su edad entró en alguna pelea pero, por lo general nunca fue violento. Quizás, por ello, sus antiguos compañeros no pueden creer que aquel niño musulmán se haya convertido en un sanguinario terrorista, capaz de degollar a seis personas sin que le tiemble el pulso. De la noche a la mañana Emwazi se ha convertido en la persona más popular en Reino Unido y la opinión pública empieza a preguntarse cómo es posible que los servicios de Inteligencia británicos no pudieran detenerlo antes de que viajara a Siria. Más cuando él había reconocido que el MI5 le había intentado «captar» en 2009. Se cree que alias «yihad John» fue uno de los varios musulmanes del oeste de Londres que viajaron al país árabe en 2012. Muchos de ellos han muerto desde entonces. Chris Phillips, ex director de la Oficina Nacional británica de Seguridad Antiterrorista, declaró ayer que el caso mostraba que la Policía y las agencias de inteligencia carecen de los recursos para supervisar a un creciente número de sospechosos. «Los sistemas actuales de control no funcionan y la cantidad de gente que se radicaliza en internet está creciendo», advirtió el ex espía.

El primer ministro británico, David Cameron, salió en defensa de los servicios de seguridad de su país, elogiándolos como admirables y dedicados a defender a Reino Unido. Asimismo, prometió usar todos los medios a su disposición para capturar milicianos como «John».

«Voy a estar en un equipo de fútbol», decía con 10 años

En un anuario escolar de cuando tenía 10 años, Emwazi expone su juego de ordenador favorito: «Tiempo de matar»; y su libro preferido: «Cómo matar a un monstruo». También narra su pasión por el fútbol: «Voy a estar en un equipo de fútbol y marcar un gol». El joven de 26 años también acudió a una buena universidad antes de partir a Siria a convertirse en el verdugo del EI. Ayer, en la Universidad de Westminster, donde el yihadista estudió Informática, los administradores del centro pidieron a los estudiantes que llamaran a una línea telefónica de asesoría si tenían cualquier «preocupación» por la participación del ex alumno en la yihad. Sus conocidos describen a Emwazi, el mayor de seis hermanos, como un buen estudiante al que siempre le gustaba vestir bien. Sus padres, Yasem, de 51 años y Ghaneya, de 47, llegaron a Londres en 1993 tras la primera guerra del Golfo. Yasem es taxista y Ghaneya se dedicó a criar a todos sus hijos. También trascendió ayer en la Prensa británica la identidad de una de sus hermanas pequeñas, Asma, una brillante arquitecta.