Barcelona

Colau marca los pactos: gobernará con el PSC en abril

La alcaldesa de Barcelona intensifica los contactos para cerrar los presupuestos municipales esta semana. El Ejecutivo «a la valenciana» comenzaría a operar en la recta final de las negociaciones para el de España

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante el primer pleno del mandato
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante el primer pleno del mandatolarazon

La alcaldesa de Barcelona intensifica los contactos para cerrar los presupuestos municipales esta semana. El Ejecutivo «a la valenciana» comenzaría a operar en la recta final de las negociaciones para el de España

Gobernar un municipio con 11 concejales sobre 41 es muy complicado. Y sin presupuestos y sin un Plan de Acción Municipal, todavía más. Por eso, Ada Colau ha dejado de maltratar y menospreciar a los socialistas y está manteniendo conversaciones con el líder del PSC en la ciudad de Barcelona, Jaume Collboni. Estos contactos no son nuevos, pero se han activado en los últimos días para conseguir un acuerdo para tirar adelante los presupuestos. El equipo de Colau quiere aprobarlos antes de Semana Santa, por lo que las próximas horas serán claves. Con los presupuestos aprobados, el gobierno de coalición puede ver la luz a finales de abril, días antes de finalizar el plazo para formar gobierno en España.

De momento, no se está hablando de gobierno porque «lo prioritario es tener presupuesto y dirimir las prioridades», afirman fuentes socialistas. Para el PSC «no clarificar cuál será la hoja de ruta de un nuevo gobierno municipal hace inútil hablar de puestos en el gobierno». Sin embargo, el acuerdo presupuestario está bastante adelantado, pero 15 concejales son insuficientes. Para lograr esta mayoría, el equipo de Colau mantiene conversaciones bilaterales con Esquerra Republicana y con la CUP barcelonesa, sin el concurso de los socialistas. Los cinco regidores republicanos y los tres anticapitalistas le darían la mayoría absoluta a la alcaldesa barcelonesa. De momento, las conversaciones van por buen camino, pero no se descarta que republicanos y radicales encarezcan su apoyo al equipo de gobierno. Lo que sí parece claro es que ni ERC ni la CUP entrarán en un gobierno de coalición, aunque den su apoyo a los presupuestos.

Fuentes socialistas no niegan las reuniones ni tampoco niegan la posibilidad de un gobierno de coalición. «Hay toda la voluntad y toda la intención» de cerrar acuerdos. Una voluntad y una intención que los socialistas quieren plasmar en los presupuestos y en el Plan de Acción, que recoge todos los planes de inversión del municipio. Es en este punto en el que los socialistas se hacen valer y tratan de imponer sus prioridades al equipo de Colau, lo que ha provocado no pocas tensiones entre las dos formaciones que estuvieron a punto de dar al traste con el acuerdo. Estos impedimentos tuvieron que ser superados en un encuentro privado entre la alcaldesa de Barcelona y el líder socialista de la ciudad. Después de este encuentro, el PSC ha abierto el camino para llegar a acuerdos en los grandes números del Ayuntamiento al tiempo que tendrá en el bolsillo un acuerdo de gobierno que se podrá plasmar en el mes de abril. «Sin garantías de gobierno no daremos nuestro apoyo a los presupuestos», afirman.

Si Colau consigue los apoyos suficientes, se podrán aprobar los presupuestos antes de Semana Santa y el nuevo cartapacio municipal se podría presentar en la segunda quincena de abril, lo que coincidiría en el tiempo con la recta final de negociaciones para la formación de gobierno en España. Un acuerdo entre Barcelona en Comú –el partido de Colau– y el PSC dejaría en evidencia la estrategia de Pablo Iglesias. No hay que olvidar que en el Ayuntamiento de Barcelona la presencia de concejales podemitas es nula y que las relaciones entre Colau e Iglesias no atraviesan un buen momento. Un acuerdo de estas características pondría a Iglesias entre la espada y la pared porque se estaría hablando de un gobierno de coalición en la ciudad de Barcelona que va mucho más allá del apoyo recibido por algunos alcaldes podemitas para gobernar sus ciudades, pero sin acuerdos de gobierno. En conclusión, Colau rompe la estrategia de Iglesias en el Congreso y en el territorio, y mantiene su presión a la formación morada con la construcción de un nuevo partido en Cataluña que dejaría a Iglesias sin influencia en la comunidad. Una influencia que, hoy por hoy, está en entredicho porque Podemos en Cataluña está sin dirección y dos facciones se disputan el liderazgo. Una de ellas, la liderada por Albano Dante Fachín, quiere que Podemos Cataluña sea una organización autónoma que no dependa de la autoridad de Iglesias.

Las negociaciones están tan avanzadas que incluso se habla sobre la composición del nuevo equipo de gobierno. No de nombres, sino sobre su estructura. Fuentes socialistas apuntan que el nuevo gobierno barcelonés será un «gobierno a la valenciana», es decir, que en las regidorías estarán presentes cargos de los dos partidos. Si un regidor es de Barcelona en Comú, en su área habrá cargos socialistas, y a la inversa, con lo que el gobierno no tendrá «departamentos estancos». Una vez consumado el acuerdo, tal y como avanzó el líder del PSC, Jaume Collboni, se someterá a consulta de la militancia socialista barcelonesa.