PSOE

Comité Federal: sólo puede quedar uno

Los críticos quieren visibilizar el cese de la Ejecutiva y se reservan la baza de la moción de censura.

La sede del PSOE de la calle Ferraz de Madrid se ha convertido desde el miércoles en el reflejo de la divisisón del partido
La sede del PSOE de la calle Ferraz de Madrid se ha convertido desde el miércoles en el reflejo de la divisisón del partidolarazon

Los críticos quieren visibilizar el cese de la Ejecutiva y se reservan la baza de la moción de censura.

La bicefalia que impera en el PSOE desde que –tras la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva de Pedro Sánchez– la mitad del partido no reconozca a la otra mitad vivirá su punto de máxima tensión mañana. La reunión del Comité Federal promete ser el escenario en el que se visualicen y se diriman, al menos en parte, las diferencias que existen entre ambos bloques. «Es el último dique de contención para frenar a Sánchez», reconoce un dirigente. Los críticos pugnarán por visibilizar el cese efectivo de la dirección y se reservarán el botón nuclear de la moción de censura si el secretario general se resiste a abandonar. Por su parte, el sector oficialista intentará aprobar el calendario del congreso extraordinario, convencidos de que si se materializa, Sánchez será ungido como líder y gozará de nuevo de legitimidad para articular un gobierno alternativo. Ambas partes se atribuyen la mayoría de apoyos en el plenario, cuya soberanía será la única capaz de decantar de un lado u otro la balanza.

En el sector crítico se resisten a reconocer que la medida extrema de forzar la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva no haya cosechado los resultados esperados. Al menos con la inmediatez que se preveía. En su cruzada por ver reconocido el cese de la dirección, los críticos apelan a la Comisión de Garantías del partido, el órgano facultado para resolver los conflictos que surjan «entre militantes y órganos del partidos y entre órganos del partido entre sí». El hecho de que la Comisión de Garantías no se haya reunido hasta ahora obedece a que Sánchez está bloqueando su convocatoria, ya que la presidenta –a la que le corresponde promoverla– es afín al líder y ha decidido desoír las demandas de sus propios miembros, entre los que existe una mayoría de críticos. Por ello, tres de sus cinco componentes –María Jesús Montero, Inés Ayala y Wilfredo Jurado– solicitaron ayer formalmente a la presidenta, Isabel de Celáa, que les reúna «en 24 horas» para dictaminar sobre el conflicto o serán ellos quienes, en su posición mayoritaria, emitan un informe en nombre de la Comisión.

A través del informe de la Comisión se puede dar entrada en el debate del Comité Federal al cese de la Ejecutiva y posteriormente acordar «las medidas estatutarias y políticas que corresponden en su seno», tales como nombrar una gestora para pilotar el partido hasta la celebración del congreso, que en ningún caso se producirá antes de que haya Gobierno. Si los críticos no ven atendido su requerimiento a través de la Comisión de Garantías, todavía se reservan un as en la manga: la moción de censura. Este proceso que sí llevaría aparejado el cese inmediato de la dirección tiene un problema de discurso fundamental: estaría dando por hecho que la Ejecutiva no está ya disuelta. No obstante, a través de un sistema de mayorías se puede dar cabida a la moción de censura en el Comité Federal (debe pedirlo el 20% de sus miembros) y posteriormente ser refrendado por la mayoría absoluta del plenario. Como ya adelantó este diario, la capacidad de dar entrada al debate de la moción de censura, aunque no figure en el orden del día, es de la Mesa del Comité Federal, órgano que está actualmente presidido por Verónica Pérez.

El principal objetivo del sector sanchista es, sin embargo, evitar que el orden del día se vea pervertido por los críticos. Esto es, no dar entrada a ninguno de sus requerimientos, ya sea por la vía de la Comisión de Garantías o a través de la recogida de firmas. En un Comité Federal extraordinario, no se puede debatir nada que no aparezca en el citado orden del día, pero este criterio queda al arbitrio de la Mesa del mismo. Por ello, la dirección saliente intentará que únicamente se debata el calendario del congreso extraordinario a través de la propuesta realizada por la Ejecutiva.

Esta propuesta supone que la celebración del cónclave se adelante a los días 12 y 13 de noviembre y que la fecha de las primarias se mantenga el 23 de octubre. En el entorno de Sánchez creen que si supera la votación de mañana y se aprueba el calendario congresual, será reelegido por las bases secretario general. Sin embargo, la tensión podría dilatarse más allá de esta votación, ya que los dirigentes críticos podrían hacer valer su fuerza en el Comité Federal y a través de un tercio de los apoyos forzar la celebración de otro cónclave en cuyo orden del día se atiendan sus demandas.