Mariano Rajoy

Cospedal intenta retener la Secretaría con un número «dos»

Confía en que las reservas de Rajoy al cambio favorezcan su estrategia.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, junto al vicesecretario Fernando Martínez-Maillo
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, junto al vicesecretario Fernando Martínez-Maillolarazon

Confía en que las reservas de Rajoy al cambio favorezcan su estrategia.

La negociación de las enmiendas al Congreso del PP no resta atención al único tema presente en todas las conversaciones de los populares: el futuro de la Secretaría General. Aunque éste sea el cónclave con más enmiendas de los últimos celebrados, la realidad es que el único interrogante con cierto morbo es el que afecta a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. Nadie espera cambios sustanciales en el organigrama actual, aunque también es verdad que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acostumbra a llevar con la máxima discreción cualquier cuestión que toca a los equipos con los que trabaja. Internamente, aunque Rajoy calle, sí que consta que la batalla está ya abierta. De un lado, está en marcha la estrategia apoyada desde el entorno de Cospedal y con sus respaldos territoriales, fundamentalmente el PP de Castilla-La Mancha; de otro, la de sus críticos. En el «frente» de la ministra están trabajando para allanar el camino a fórmulas como la de que mantenga la responsabilidad de la Secretaría General, ya que no hay incompatibilidad teórica con un «número dos» que asuma de facto el trabajo y las obligaciones mediáticas que exige ese cargo. La cartera de Defensa es una cartera de Estado, que impone unas exigencias, en la prudencia del discurso y de los actos, muy alejadas del ruido partidista, y que es verdad que no son tan evidentes en otros ministerios. Nadie cuestiona, ni siquiera los más próximos a Cospedal, que como ministra de Defensa no puede estar en el día a día del partido, y, sobre todo, que no puede dar la cara por él en los asuntos más controvertidos. De hecho, sus comparecencias como secretaria general las ha ido espaciando hasta que han llegado prácticamente a desaparecer. En el pasado ya han utilizado la fórmula del coordinador general cuando Francisco Álvarez Cascos dio el salto al primer Gobierno de José María Aznar como vicepresidente. Ahora, desde el entorno de Cospedal responden con la apuesta por recuperar ese modelo ya ensayado, o alguno parecido, para frenar las expectativas sobre un posible ascenso de Fernando Martínez-Maillo, actual vicesecretario de Organización, a la Secretaría General, en atención al intenso trabajo realizado desde que asumió el cargo tras las últimas elecciones autonómicas y municipales.

La impresión que empieza a tomar peso en el partido, sin ningún hecho cierto que la sustente, es que los tradicionales recelos de Rajoy al cambio, sobre todo en lo que afecta a los equipos, pueden ayudar a que Cospedal se imponga en su objetivo de mantener la dirección del PP «pese a todo y pese a todos». Hay un importante movimiento territorial en su contra, que ella, no obstante, va a intentar volver a su favor. Dicen en el PP que también suma para sus intereses que haya estado en los últimos años trabajando en la gestión de los casos de corrupción con los que ha tenido que lidiar Rajoy en su primera legislatura, como el «Gürtel» y el «caso Bárcenas». Estar en la sala de máquinas de la administración de estos asuntos «le da información y le da poder, y puede ayudar a Rajoy a inclinarse a favor de no cambiar nada».

Las organizaciones territoriales de Andalucía, Galicia, Castilla y León o País Vasco, por citar algunos ejemplos, son partidarias de que haya un relevo y una Secretaría General ocupada por alguien dedicado únicamente al partido. Cabe la lectura, dado su pulso con la vicepresidenta, que los barones más cercanos a ella son los que lideran el combate contra Cospedal. Pero si se rasca internamente también se constata que esto va más allá de un alineamiento con una u otra, y que es un hecho que hay descontento en distintos niveles territoriales con la gestión de la formación por parte de la hoy ministra de Defensa. Aunque también tiene avales significativos como el de Cristina Cifuentes.

En Moncloa, a día de hoy, no descartan que pudiera prosperar la fórmula del coordinador general, o con el nombre que se le ponga, con Cospedal como secretaria general, aunque sea de manera teórica y para mantener una plataforma desde la que en el día de mañana poder tener algo que decir en el futuro reparto de poder en el PP, que llegará aunque hoy no se hable en absoluto de la sucesión de Rajoy. No obstante, también advierten de que es muy precipitado lanzarse a apostar en ese sentido o en el contrario «con una piscina sin agua». Siempre que se le ha preguntado directamente a Rajoy, el presidente ha respaldado la gestión de Cospedal y su capacidad para ejercer varias responsabilidades a la vez. La última vez lo hizo en la entrevista que publicó este diario el pasado domingo.