Ministerio del Interior

La Policía aborta un plan para captar yihadistas en prisión

Detenido en la cárcel de Segovia un recluso que buscaba kamikazes como los de París

A. C., marroquí de 42 años
A. C., marroquí de 42 añoslarazon

La Brigada Provincial de Información de Madrid de la Policía Nacional culminó ayer la parte central de una la «operación Khalya» (iniciada en octubre con el arresto de dos individuos) con la detención en la cárcel de Segovia del tercer integrante de una célula de corte salafista. Estos presuntos yihadistas se dedicaban a captar y adoctrinar internos para el Daesh, Estado Islámico, con la intención de formarles en los ideales de la banda terrorista. Se trata de la primera operación contra el islamismo realizada en España, tras los atentados de París el 13 de noviembre.

El detenido ayer, A. C., originario de Marruecos y de 42 años de edad, cumple condena por delitos en el ámbito de la violencia de género. El arrestado dirigía fundamentalmente sus labores de captación y reclutamiento a internos cuyas condenas estaban a punto de finalizar e iban a salir a la calle.

Autolesión

Fuentes de la investigación han informado a LA RAZÓN de que este individuo ya fue protagonista hace cuatro años de un suceso que demuestra su nivel extremo de radicalización. Tuvo que ser ingresado en estado grave en un hospital por autolesionarse con un corte muy severo y profundo con un arma blanca de grandes dimensiones, con la finalidad de demostrar a un miembro de su familia que «o vivía como un buen musulmán, o le haría eso a él en el cuello». Esto demuestra el grado de peligrosidad, radicalización y fanatismo que estos individuos ostentan, y que, de no ser controlados, pudieran inculcar sus ideales a otros reclusos, subrayan.

La detención de ayer se llevó a cabo en el marco de la citada «operación Khalya» en la que fueron detenidas otras dos personas el pasado 26 de octubre y que puso al descubierto todo un entramado que trataba de captar internos que cumplían condena por delitos comunes en Centros Penitenciarios, con la finalidad de adoctrinarlos en el salafismo radical y convencerles para que ejecutaran a su salida de prisión actos terroristas en nombre del Daesh.

Los dos arrestados el pasado octubre están acusados de mandar una carta con amenazas de bomba a la sede del PP. Eran dos hombres de 41 y 43 años, uno nacido en Marruecos y el otro en Italia, cuyas identidades responden a las iniciales de J.E.H.B. y R.M. Ambos se encontraban en los centros penitenciarios de Segovia y el Puerto de Santa María (Cádiz). La carta iba dirigida a nombre de Esperanza Aguirre, estaba escrita en árabe y en ella se amenazaba con hacer explotar una bomba en Madrid y otra en Barcelona.

Amenazas

La misiva también incluía amenazas contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En la carta decían actuar «en nombre de Alá y de los hermanos muyahidines». Los tres detenidos, coincidieron en su día en el mismo módulo del Centro Penitenciario de Torredondo en Segovia, donde se produjo el contacto y se planificó y ejecutó la acción delictiva.

Las referidas fuentes consideran al último detenido como un individuo radical, y que ostenta una notable peligrosidad, con ideales extremos que le han llevado a considerar que ser buen musulmán es luchar contra todo lo que, según él, y los fanáticos del Daesh, perjudica al Islam, como es el caso, de Estados Unidos y Europa.

El perfil de los reclusos que los investigadores creen que se trataba de adoctrinar es muy similar al de los terroristas que han atentado en las últimas fechas en Francia: delincuentes comunes, con un gran vacío interior y en ocasiones, psicológicamente inestables, lo que hace que los mismos, una vez captados, fueran muy peligrosos y con posibilidad aceptar los ideales radicales del Daesh, y ejecutar actos terroristas, una vez que salieran de prisión. Tras las detenciones de la «operación Khalya», los investigadores están llevando a cabo multitud de gestiones y de comprobaciones respecto a los reclusos que se encuentran en libertad, pero que coincidieron en el mismo Centro Penitenciario que el último detenido.