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Autonomías

El PP evalúa electoralmente la resistencia de sus gobiernos a la crisis

Mantiene a su alcance la mayoría de las comunidades autónomas más difíciles. Valencia y el Ayuntamiento de Madrid requieren un plan especial para frenar el desgaste

La Junta Directiva del Partido Popular, reunida en la sede de la formación política en Génova en julio del año pasado
La Junta Directiva del Partido Popular, reunida en la sede de la formación política en Génova en julio del año pasadolarazon

MADRID- La dirección del PP ha hecho ya una primera gran evaluación del coste en sus gobiernos territoriales de los recortes en el gasto público y de las demás decisiones impopulares adoptadas en la gestión de la crisis económica. Para ello, Génova ha utilizado la «cocina» del CIS durante toda esta legislatura y ha comparado las respuestas sobre la valoración de sus Gobiernos autonómicos y locales con las series históricas de otras legislaturas. El exhaustivo informe terminará de estar preparado esta semana, pero las conclusiones adelantadas por el equipo encargado de cruzar el análisis demoscópico y sociológico han confirmado que, pese al desgaste, el partido aún mantiene a su alcance la mayoría en prácticamente todas las comunidades autónomas. El PP ostenta hoy a nivel territorial un poder sin precedentes, ya que en las últimas elecciones consiguió incluso desbancar al PSOE de dos de sus feudos históricos, Castilla-La Mancha y Extremadura. Los datos que maneja Génova ponen a su alcance el mantenimiento de estos dos gobiernos.

Ahora bien, este estudio sociológico también señala puntos rojos en el mapa que exigen al partido revisar su estrategia e intensificar el trabajo. Entre los que más preocupan está el caso de la Comunidad de Valencia, donde la situación económica sigue siendo muy delicada, y a esto se le añade la carga del grupo parlamentario y los «restos» del «caso Gürtel». No es un problema de desgaste del actual presidente de la comunidad, Alberto Fabra, según explican en la dirección nacional, sino de desgaste de la marca por la herencia recibida y los impopulares ajustes que están teniendo que hacer en esta legislatura. El problema tampoco es el crecimiento socialista, sino la alianza del resto de las fuerzas parlamentarias. En Valencia el PP también necesita de una mayoría absoluta para mantener el poder y ésta sí que hoy está en riesgo.

Madrid, Ayuntamiento y Comunidad, son dos «plazas» irrenunciables para el PP por su carácter simbólico. Dicen en Génova que Ignacio González se está asentando como candidato. González llegó al cargo tras la abrupta marcha de Esperanza Aguirre, lo que dejó sobre él la sombra de que pudiese ser una opción de transición hasta que la dirección nacional tomase las riendas en la designación del candidato cuando se acerquen las elecciones autonómicas. De momento, el presidente madrileño está ganando puntos para repetir, esta vez con la aquiescencia de Mariano Rajoy. Es verdad que hay cuestiones en las que, como otros «barones», Ignacio González marca distancias con Génova o incluso con el Gobierno de la nación, pero controlando siempre los daños para el partido y sin salirse de las líneas rojas que dentro de la organización se sabe que son infranqueables.

En el partido sostienen incluso que «el problema para el presidente de la comunidad madrileña no es Génova ni mucho menos Rajoy, sino Aguirre». En política, y el PP ha probado ya esta medicina, existe la regla de que el hijo tiene que acabar matando al padre si quiere sobrevivir una vez oficializada la herencia. Y en este caso hay actuaciones y declaraciones de Esperanza Aguirre que lo que menos han hecho es favorecer a quien ha sido su mano derecha cuando ella era la número uno del Gobierno autonómico, según opinan en las filas populares.

Las elecciones autonómicas y municipales no tocan hasta 2015, pero la difícil situación política y económica es la que ha llevado a Génova a concluir que en esta ocasión tienen que anticiparse en la puesta en marcha de su maquinaria electoral. Al servicio de tomar oxígeno estará la Convención Nacional de otoño, para la que barajan la posibilidad de convocarla en Cataluña. Todo un gesto político, ya que supondría el desembarco de todo el partido en esta comunidad con la lectura nacional y autonómica que de este cónclave se haría. La decisión no está aún tomada. En paralelo, el PP está intentando dar la vuelta con más presencia territorial y sectorial a su difícil situación actual por el «caso Bárcenas», y algunos de los errores en su gestión, fundamentalmente, y por el poco margen que le deja la actuación del Gobierno. Y una de las vías de escape que cree que debe explotar más en el futuro es la de abrir sus actos al debate con expertos y profesionales que no son del partido. Esto se visualizará especialmente en la Convención de otoño.

Aunque la coyuntura económica sea muy complicada, en el PP creen que hay dos importantes factores que juegan a su favor: «Ni se ha producido ni se va a producir el estallido social que han intentado alimentar desde la izquierda, y el PSOE está llegando a desaparecer en algunas importantes plazas autonómicas y locales». Esto último lo justifican en los datos del amplio estudio demoscópico que han elaborado.

Floriano: «El Gobierno piensa en la gente y no en los votos»

El vicesecretario general de Organización y Electoral del Partido Popular, Carlos Floriano, defendió ayer las reformas del Gobierno de Mariano Rajoy para hacer un país más competitivo, lo que les «está costando en términos electorales», pero aseguró que se hace pensado «en la gente y no en los votos». Así, en un acto en Trujillo con militantes de su partido, se mostró optimsita: «Al final los ciudadanos van a reconocer el esfuerzo del Ejecutivo por sacar a España de la crisis». Y puntualizó que Portugal y Grecia no se pueden comparar con España, porque en estos países se han bajado las pensiones y se está despidiendo a funcionarios, «porque les dicen la política económica que tienen que hacer y no son dueños de su futuro», precisó.

Arenas asegura que hay unidad dentro del PP

El vicesecretario general de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, aseguró ayer que en el PP hay «unidad» en torno al proyecto reformista de Rajoy y lque los «matices» en las opiniones de algunos barones regionales no suponen «ningún problema para el futuro». Arenas insistió en restar importancia a voces discordantes del partido como las de la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, y el jefe del Gobierno extremeño, José Antonio Monago, en materia de impuestos, y aseguró que los populares han «cultivado» siempre la unidad, pero nunca han buscado la «uniformidad». Aunque «al final es el partido es el que establece la estrategia».