Islas Canarias

El vídeo de la declaración del empresario: «Sosa y yo eramos socios. Teníamos relación desde principios del 2000»

La declaración, en el juzgado
La declaración, en el juzgadolarazon

Reproducción de la declaración del empresario que se vincula con l apareja de la jueza Rosell, Carlos Sosa, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN.

Miguel Ángel Ramírez: «¿Amigo mío Carlos Sosa? Pues no, no es amigo mío. ¿Conocido? Evidentemente. Pero es que yo tengo relación comercial con un montón de personas que no son amigos míos, pero con las que me llevo muy bien...».

Fiscal: «¿Es el caso del señor Sosa? ¿Se lleva muy bien con él? ¿O se llevaba por aquel entonces?».

MAR: «No. Vamos a ver. A una persona a la que se le presta un dinero y a la que se le apoya en una actividad empresarial... Póngale usted el calificativo, señoría. Yo creía que había que ayudarle. Era amigo de amigos míos, pero...».

Fiscal: «Tenía trato con él».

MAR: «Sí. No utilizamos esto de que los amigos de mis amigos son mis amigos. No. Era amigo de amigos míos y a través de... Me dijeron: “¡Hombre, echa una mano aquí que estamos todos empujando a ver si este medio sale!” Y eso (...). A ver si yo se lo aclaro de una vez. Por diferentes conexiones le dicen a uno: Oye, existe este medio, estamos intentando ayudarlo, potenciarlo...»

Los medios de comunicación son deficitarios y yo creo que eso es público, pero desde los más grandes, imagínese los más pequeños... Y al final viven de las aportaciones empresariales para mantener ese medio y yo era uno más, porque había más empresarios importantes de Las Palmas, relacionados conmigo que me decían: «¡Joder, echa una manilla aquí!», y echabas una mano. (...).

Fiscal: «¿Cuántas veces, si usted me lo puede concretar, se sentó con el señor Sosa para firmar o negociar un contrato de estas características o de otras distintas?»

MAR: «Bueno, en aquella época me senté cada vez que... Si hubo cuatro contratos, pues cuatro veces me tuve que sentar para firmar con él. Pero hombre, sí me he sentado con él. A ver, no sé cuál es la pregunta, señora fiscal, a lo mejor me está preguntando usted si me vi con él más veces aparte de las cuatro veces que firmé».

Fiscal: «No, le pregunto por los contratos, pero si usted quiere explicar lo demás...».

MAR: «Vamos a ver, había comidas, había comidas de empresarios».

Fiscal: «La pregunta, yo creo que la pregunta es si ha seguido usted teniendo relación, algún tipo de relación con Carlos Sosa para eso, para una comida, un algo...».

MAR: «No, comida, no, un café, pues sí, claro que me he tomado un café, sí, sí». (...).

Sin embargo, es el juez el que incide con sus preguntas en la vinculación económica entre el empresario imputado y la pareja de la jueza que lo investigaba.

JUEZ: «¿La empresa Gestión y Asesoramiento –de la que fue administrado y uno de los tres dueños el empresario– ha llegado a ser socia de la empresa Canarias Ahora –que pertenece a Carlos Sosa– aunque ha ido cambiando de nombre?».

MAR: «Sí, sí, claro. (...) Esas operaciones está claro que era yo en representación de una empresa y Sosa en representación de otra».

JUEZ: «¿De qué estamos hablando de los últimos cinco o diez años?»

MAR: «En los últimos diez años por su puesto. Estamos hablando de dos o tres compras de acciones y dos o tres prestamos cada año. Yo creo que teníamos relación desde principio de 2000 hasta principios de 2011. (...).

JUEZ: «¿Esos préstamos eran de cuantía elevada?, ¿y se hacían por qué?, ¿en base a una relación de confianza?».

MAR: «No, señoría. Nosotros éramos socios (...). Las cantidades no se 60.000 o 70.000 euros».

JUEZ: «¿Esta relación suya con las empresas del entorno de Sosa se ha mantenido hasta fecha reciente o se interrumpió en el 2011?»

MAR: «Lo único que le puedo decir es que en la actualidad y desde hace cinco o seis años dos de mis empresas mantienen una alarma con SIC y un servicio de limpieza a cambio de publicidad –se entiende en las empresas de Carlos Sosa–».

Minutos después, el empresario reconoce que le vende una emisora de radio a Sosa a finales de octubre, muy pocos días después de que Rosell renunciara a su puesto de jueza y al frente de la investigación contra Ramírez para engrosar en las listas de Podemos al Congreso. Diversas fuentes apuntan a que la investigación abierta ahora para determinar si la magistrada puede llegar a sentarse en el banquillo por retraso malicioso, cohecho y prevaricación no terminará antes de que se celebren las próximas elecciones, ya que el Alto Tribunal no quiere interferir con sus decisiones –por justas que sean– en un proceso electoral. Lo que significa que Podemos no tendrá que acudir a su código ético para expulsar a Rosell de las listas, ya que lo más probable es que no sea imputada antes de los comicios, y después ya se verá.