Sindicatos

Los españoles exigen transparencia

El 85,5% de los encuestados quieren que las centrales hagan públicas sus cuentas y el 32,1% cree que los sindicatos no son necesarios

La Razón
La RazónLa Razón

Los españoles quieren que los sindicatos empiecen a dar a conocer cuánto dinero perciben de las arcas públicas y en qué se lo gastan.

Los españoles quieren que los sindicatos empiecen a dar a conocer cuánto dinero perciben de las arcas públicas y en qué se lo gastan. Este es el sentir del 88,7 por ciento de la ciudadanía que considera que los sindicatos deberían ser transparentes y hacer públicas sus cuentas. Asimismo es la postura de una amplia mayoría en todos los grupos de edad. Esto es el dato más relevante de la encuesta elaborada por NC Report para LA RAZÓN.

Una mayoría ciudadana también cree que las organizaciones sindicales deberían ser objeto de la Ley de Transparencia que se exige al resto de entidades públicas y partidos. Este es es sentir del 85,5 por ciento de los encuestados. Además, ésta es la opinión de la inmensa mayoría en todos los segmento de edad.

Los ciudadanos están cansados de que en época de crisis, donde se dan múltimples recortes en todos los ámbitos, los sindicatos sigan cobrando de las arcas públicas. Es por eso que el 78,3 por ciento de los españoles se muestra contrario a que los sindicatos reciban subvenciones públicas, y creen que deberían financiarse con las cuotas de sus afiliados. Es también el criterio mayoritario en todas las franjas de edad.

Necesidad de cambio

Las organizaciones sindicales son uno de los interlocutores básicos en la negociación laboral y en el diálogo social, es por ello que el 56,1 por ciento de los españoles considera necesarios a los sindicatos, una opinión que comparten en cada tramo de edad, pero como lo cortés no quita lo valiente, una mayoría de españoles considera que los sindicatos necesitan cambios; el 31,7 por ciento afirma que deben transformarse y el 30,8 por ciento los considera obsoletos.

Tan sólo el 27,1 por ciento cree que deben seguir como están, pues a su entender necesitan renovarse. Y es que el 48,4 por ciento no los considera efectivos en la lucha contra el paro. Mientras que otro 40,3 por ciento opina que sí son útiles en la batalla contra el desempleo.

Hace ahora un año fuimos testigos del fracaso de la huelga general del 29 de marzo de 2012, con un seguimiento del 23 por ciento, el más bajo desde la Transición Política y que tuvo su continuación en la celebración del 1 de mayo, que se convirtió en la convocatoria con menor participación desde 1977. Estos recientes hechos deben hacer replantear el actual modelo de sindicalismo en España y mirar más al modelo que predomina en el norte de Europa.