Cataluña

Robles: «La moción de censura no entra en la agenda en este momento»

Ahora que el PSOE retoma los contactos con Podemos y Cs, la portavoz del grupo socialista considera que sus vetos «son fruto del oportunismo político».

La portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados
La portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputadoslarazon

Ahora que el PSOE retoma los contactos con Podemos y Cs, la portavoz del grupo socialista considera que sus vetos «son fruto del oportunismo político».

Cambió la judicatura por la política y su perfil de independiente –no afiliada al PSOE– no le impidió involucrarse de lleno en el proyecto de Pedro Sánchez, convertida en uno de los rostros más reconocibles del «no es no» a Mariano Rajoy. La lealtad al depuesto líder durante su travesía en el desierto le ha valido un cargo de máxima confianza tras su victoria: será su voz en el Parlamento y llevará el peso de la oposición al Gobierno. En la semana clave en la que el PSOE retoma los contactos con las fuerzas del cambio, considera que los vetos mutuos que se profesan Unidos Podemos y Ciudadanos son «fruto del oportunismo político». Margarita Robles (León, 1957), de diputada díscola a capitanear el Grupo Socialista.

–Pedro Sánchez es hoy el líder del PSOE con más poder de los últimos años. ¿Hay riesgo de caer en el cesarismo?

–En esta segunda etapa, Pedro tiene muy claro que esto es un proyecto colectivo, en el que la militancia tiene un papel fundamental como elemento dinamizador del partido. Esto le da fuerza y hace que se excluya cualquier matiz de cesarismo.

–Sin embargo, ha blindado su figura en los estatutos y con amplias mayorías en el Comité Federal y la Ejecutiva. ¿El objetivo es evitar otro 1 de octubre?

–Es normal que cualquier secretario general se rodee de gente en la que tenga confianza, pero en este caso, además de la confianza personal, ha primado la preparación y el rigor profesional.

–Su Ejecutiva fue aprobada por el Congreso Federal con menos apoyo que en 2014, ¿está más legitimado que entonces?

–Sin ninguna duda, Pedro Sánchez ha sido elegido por una mayoría abrumadora después de un proceso largo y doloroso. El haber tenido un apoyo tan importante de la militancia no sólo le da la legitimidad que viene de las urnas, sino también una legitimidad moral. Pedro tiene una vocación absolutamente integradora.

–Esa vocación integradora no se ha traducido en la conformación de los órganos del partido que se eligieron en el Congreso Federal...

–A Pedro Sánchez todos los barones le han dicho que tenía manos libres para formar su Ejecutiva.

–Anunciaron un «giro a la izquierda» en la campaña de las primarias, ¿es el cambio de postura respecto al CETA un ejemplo de ese viraje?

–No se ha querido entender lo que pasa con el CETA. Si hay algo positivo en esto es que hasta hace tres días casi nadie sabía lo que era, el hecho de que pongamos en el debate público los tratados internacionales que van a comprometer a España como miembro de la Unión Europea es un avance muy importante. El CETA es un tratado muy complejo que afecta a muchísimas materias y sectores como el agrícola, sociolaboral o ambiental.

–¿Por qué no lo apoyarán?

–Nos abstendremos por dos razones: porque entendemos que hay muchos aspectos de este tratado que son bastante cuestionables y hubiera sido bueno que desde el Gobierno se hubiera hecho pedagogía con la ciudadanía y, al mismo tiempo, entendemos que la abstención supone una llamada de alerta porque queremos más Europa y un debate en profundidad.

–Hay quien ve en esto un acercamiento a los postulados de Unidos Podemos...

–La decisión del PSOE es totalmente autónoma, fruto de los planteamientos de la nueva dirección, y no tiene nada que ver con otros grupos políticos que están pretendiendo decir que el cambio de posición del PSOE es consecuencia de su presión.

–Algunos de sus compañeros le afean su perfil de independiente. ¿Piensa afiliarse al PSOE ahora que es portavoz?

–No, no puedo afiliarme porque estoy en la carrera judicial en servicios especiales. Hay otros precedentes dentro del PSOE que eran jueces como yo: Teresa Fernández de la Vega fue vicepresidenta y no tuvo carné y José Antonio Alonso fue ministro de Interior y tampoco lo tuvo. Creo que lo importante no es tener carné o no, es tener un compromiso con los ciudadanos.

–José Antonio Alonso para ser portavoz parlamentario, no miembro del Gobierno, sí se afilió por León...

–No lo sé. Respeto mucho las actuaciones de todos los compañeros. José Antonio Alonso volvió después a la carrera judicial, por lo que se dio de baja del PSOE.

–Pero los estatutos del partido (art. 81) fijan que «en ningún caso» aquellos parlamentarios que no estén afiliados podrán «representar» al Grupo Socialista.

–No tengo la impresión de que entre en conflicto con los estatutos. Se puede nombrar portavoz a cualquier miembro del Grupo Parlamentario y tengo que decir que en esta labor quiero contar con todos y cada uno de los diputados. Prefiero un colectivo en el que haya debate y discrepancias y no un jefe que ordene y mande mientras los demás acatan.

–Echando la vista atrás, ¿se arrepiente de haber votado «no» en contra del Comité Federal?

–Para nada, fue una decisión absolutamente meditada. Cuando la tomé, lo hice desde el sentido de Estado y de la responsabilidad. No me arrepiento, pero respeto que otros compañeros pensaran que lo mejor para ese momento era la abstención.

–¿Cree que le resta legitimidad como portavoz haber desobedecido el mandato de la dirección anterior en la investidura de Rajoy?

–Entiendo la portavocía como la cara visible de un grupo que trabaja con un proyecto común. No me planteo llegar con una idea de disciplina o de imponer, hay que ir con ánimo constructivo y de integrar. Si en algún momento llega a plantearse esa situación, ya veremos, pero no puede ser que aquello que fue una excepción o algo puntual se eleve a categoría general.

–El Grupo Socialista que capitanea está aún muy dividido y no responde a las nuevas mayorías –hay más susanistas que pedristas– que han surgido del Congreso Federal ¿Cómo va a encarar esta situación?

–Sí, pero también es verdad que había un proceso de primarias abierto en el que cada uno de los diputados legítimamente tenía una opción. Una vez que la militancia se ha pronunciado y ha salido una dirección, son disciplinados y antepondrán los intereses del partido, en beneficio de los ciudadanos, a los intereses personales.

–Después de la «purga» que hizo la gestora con los pedristas en presidencias y portavocías de comisiones en el Congreso ¿Tiene Sánchez planes de hacer una nueva reestructuración?

–Habrá pequeños ajustes –como en mi caso en la Comisión de Justicia– fruto de los movimientos que ha habido en la dirección. No será una revolución.

–¿Ya tiene sustituto?

–Todavía no. Tengo que decir que siento mucho dejar la Presidencia de la Comisión de Justicia, para mí había sido un reto muy apasionante. Creo que la Justicia es una de las grandes olvidadas y hay mucho trabajo por hacer.

–¿Puede hacer Pedro Sánchez oposición desde fuera del Parlamento?

–El Parlamento es un altavoz muy importante, pero la oposición se puede hacer de muchas maneras. La hará el PSOE, el Grupo Parlamentario y el secretario general. Estoy convencida de que vamos a saber explicar a la gente que somos ese partido de Gobierno responsable que tiene una prioridad que es acercarse a los problemas de la gente. Incluso, siendo sinceros y diciendo la verdad cuando hay un problema de difícil solución. Los ciudadanos llevan fatal la mentira.

–En los próximos días el PSOE iniciará una ronda de contactos con Unidos Podemos y Ciudadanos, a pesar de que ambos se siguen vetando. ¿Qué ha cambiado respecto a 2016, cuando fue imposible ponerles de acuerdo?

–En este momento tenemos un Gobierno y estamos viendo que, como consecuencia del Presupuesto que se ha aprobado, hay muchos sectores sociales que han quedado marginados. Desde esta perspectiva, el primer punto que vamos a abordar es la situación de los jóvenes, pero luego serán los pensionistas o la violencia de género. Cualquier fuerza política tiene que trabajar para intentar consensuar aquellas soluciones que sean mejores para la sociedad.

–¿Es posible dejar la ideología a un lado en esta negociación?

–Lo que es primordial es que los partidos dejen de hacer política pensando exclusivamente en sus intereses. Si solamente se piensa en la rentabilidad política, la desconfianza de la ciudadanía irá en aumento. Me refiero, en concreto, a estos vetos mutuos que no son entendibles, porque si España tiene unos problemas hay que trabajar todos para resolverlos. Tengo la impresión de que hay vetos que son fruto del oportunismo político. Cuando son fruto de la convicción, los respeto, pero cuando son apriorismos o cálculos electorales, no los comparto.

–Sin embargo, su otrora socio de investidura, Albert Rivera, considera «entrar en bucle» volver a intentarlo... ¿Hay opciones reales o es una ficción?

–Estoy convencida de que Albert Rivera, ante los problemas sociales tan graves que sigue habiendo, se va a implicar. No sé a qué tipo bucle se refiere, pero a tratar de hacer una sociedad más justa y trabajar por los ciudadanos no se le puede considerar ningún bucle. Puedo entender un rechazo a un tema concreto, pero con carácter general decir «no» sin haberse sentado para estudiar aquellas cosas en las que estamos de acuerdo, lo que hace es priorizar intereses de partido –muy respetables siempre– pero que en todo caso tienen que estar subordinados al interés general. Y para calibrar ese interés general hay que sentarse y dialogar, no puede haber una serie de vetos previos. No entendería que ante problemas que afectan a aquellos que lo están pasando mal haya un veto genérico por un planteamiento partidista.

–¿Habrá moción de censura antes de Navidad liderada por el PSOE?

–Para que haya una moción de censura tiene que haber unos números suficientes. El PSOE va a hacer una oposición con sentido de Estado, en la que priorizaremos los intereses de España, de los españoles y el adecuado funcionamiento de las instituciones. No podemos apoyar muchas de las políticas del Gobierno, porque no dan respuesta a los problemas de los ciudadanos.

–Pero Sánchez ha reconocido que su objetivo prioritario es «sacar al PP del Gobierno»...

–Su objetivo es sacar al PP del Gobierno pero en clave de política de Estado, porque entendemos que el PP no está dando las respuestas adecuadas.

–Si esta situación persiste, ¿no descartan la moción de la censura?

–La moción de censura no entra en la agenda del PSOE en este momento.

–¿Cómo tienen que ser las relaciones con Unidos Podemos? ¿Se fían ahora de quienes frustraron el Gobierno del cambio?

–El PSOE es la verdadera alternativa de Gobierno en este país y es quien puede hacer esas políticas transformadoras y de cambio que demanda la sociedad. Aunque Podemos quiera ocupar el espacio de la izquierda, quien verdaderamente lo puede defender es el PSOE.

–Sánchez apeló a los indignados del 15-M en su discurso de proclamación como secretario general. ¿Están ahí los votantes del PSOE?

–Coincido con Pedro Sánchez en que hay que acercarse a los votantes de Podemos. El PSOE ha perdido muchísimos votos y gran parte de ellos se han ido a Podemos, por ello, tenemos que devolver la credibilidad a esos electores que se fueron a Podemos y a otros ciudadanos que votan a otras fuerzas políticas. Para eso queremos ofrecer esa idea de partido de Gobierno serio, comprometido y que cuando comete un error, lo reconoce.

–Es la cara visible de la oposición al Gobierno en el Congreso ¿Han aumentado los ataques del Ejecutivo a raíz de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias?

–Me parece sorprendente cuando un partido político habla o critica a otro partido. El PP y el Ejecutivo ya tienen bastante con ocuparse de su labor de Gobierno para preocuparse de los demás. El PSOE, por su parte, tiene que asumir responsabilidades con los ciudadanos y el PP no puede ponerse de perfil en muchos temas y, para ello, buscar enemigos externos. Le pediría al PP que ejerciera su labor de Gobierno, que baje del coche oficial y se ocupe de los problemas de la gente.

–El debate de la plurinacionalidad ha generado malestar en el PSOE, ¿es buen momento para abrir este melón en pleno desafío soberanista en Cataluña?

–El debate de la plurinacionalidad no surge ahora, en la ponencia constitucional ya se planteaban muchas cuestiones sobre la redacción del artículo 2. Lo que sí es esencial es señalar que la soberanía es única e indivisible y radica en España. El PSOE está en contra de cualquier referéndum unilateral tendente a la independencia. Hay quien quiere poner el foco en determinadas cuestiones y no en lo esencial. El PSOE cree que es necesario un debate sobre estas cuestiones en el marco de la Comisión Constitucional del Congreso, porque nuestra Constitución ha servido para hacer la Transición, pero tras 40 años necesita reformas. Eso sí, que a nadie le quepa ninguna duda de que la soberanía para el PSOE es una, indivisible, radica en España y siempre nos vamos a oponer a un referéndum unilateral de independencia, porque nosotros nos movemos en el marco de la ley. El cambio de la ley se tiene que hacer siempre desde la ley.

–La dirección del PSOE está impulsando candidaturas alternativas a algunos presidentes autonómicos en los congresos regionales de este verano. ¿Es posible la bicefalia en el partido?

–No me consta que se estén impulsando esas alternativas y, en cualquier caso, no soy militante del partido y no quiero ni voy a entrar en cuestiones internas.