Política

Corrupción en CDC

Un expolio de 22 millones

Millet, ex director del Palau, acude a una sesión del juicio
Millet, ex director del Palau, acude a una sesión del juiciolarazon

¿Qué hechos se enjuiciaron en el «caso Palau»?

–El supuesto desvío de más de 22 millones de euros del Palau de la Música, parte de los cuales (6,6 millones según la Fiscalía) habrían ido a parar a las arcas de la extinta Convergencia a cambio de la adjudicación de obra pública en administraciones controladas por CDC.

¿Quiénes son los principales acusados?

–En el juicio, que comenzó en marzo pasado y se prolongó hasta junio, se sentaron en el banquillo 13 procesados. Entre ellos, los ex responsables del Palau Félix Millet y Jordi Montull, para quien la Fiscalía reclama penas de 14 y casi once años de prisión, respectivamente, y el ex tesorero de Convergencia Daniel Osàcar, que se enfrenta a una petición de condena por parte del fiscal de ocho años de cárcel.

¿Qué adjudicaciones están bajo sospecha bajo el mandato de Jordi Pujol?

–Tanto las obras de la línea 9 de Metro de Barcelona como la sede de la Ciutat de la Justicia donde, paradójicamente, se celebró el juicio.

¿Qué delitos imputa la Fiscalía por el supuesto saqueo del Palau?

–El fiscal Emilio Sánchez Ulled imputa a Millet y Montull los delitos de malversación de caudales públicos, apropiación indebida y falsedad documental continuada, los mismos que para la hija de Montull, Gemma, para quien pide tres años de prisión. A Osàcar, por su parte, le imputa los delitos de tráfico de influencias y blanqueo de capitales.

¿Reconocieron los hechos los principales procesados?

–Millet, Montull y su hija sí lo hicieron, no así Osàcar. A los tres primeros ese reconocimiento les permitió beneficiarse de considerables rebajas en las peticiones de penas del fiscal. Los dos primeros confesaron que las mordidas eran del 4%, de las que un 2,5% era para CDC y el resto, para ellos.

¿La Fiscalía da por acreditado ese expolio?

–En su informe de conclusiones finales, el fiscal del caso aseguró al tribunal que el Palau era «la cañería por donde transitaba el dinero que Ferrovial hacía llegar a la formación política» y que «una bandera» justificaba «casi cualquier atropello con la cartera».