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Las fuerzas españolas tienen luz verde para abrir fuego

Los cuatro cazas españoles desplegados en la operación «Odissey Down» esperan la orden del mando norteamericano para comenzar sus patrullas de combate. Desde el sábado por la tarde están operativos en la base italiana de Decimomannu e integrados en la coalición que lidera el general William Ward, jefe del Africom, al mando de la operación

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Y desde entonces están plenamente operativos, «en disposición de actuar en cualquier momento» y armados con misiles Sidewinder de corto alcance y AMRAAM de alcance medio. Por el momento, su participación no ha sido requerida, pero en las próximas horas podrían entrar en acción, según fuentes militares consultadas por este periódico.

Cuando despeguen para sobrevolar el suelo libio, los pilotos del Ejército del Aire tienen autorización para abrir fuego sobre cualquier aeronave que viole la zona de exclusión aérea ordenada por las Naciones Unidas.

Con esas órdenes, según explicó ayer el comandante del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Jaime Domínguez Buj, en una breve rueda de prensa, todas las patrullas que realizarán los F-18 españoles «son de combate». Esos aviones, indicó, están transferidos al mando del Africom (comando de Estados Unidos para África) y responderán a las órdenes que éste les dé. Entre éstas no se incluyen, en principio, ataques sobre tierra con los cazas. Según detalló Domínguez Buj, la zona de exclusión aérea implica cuatro tipos de acciones: patrulla aérea, supresión de defensas tierra-aire, reabastecimiento en vuelo y control aéreo. Los F-18 se dedicarán a la primera de ellas y el Boeing 707 a la tercera, mientras que las otras dos dependen de otros aliados.

El teniente general, que recalcó el «muy importante» despliegue español dado «el alto nivel de capacidades» que aporta al conjunto de fuerzas y la excelente respuesta y preparación de los militares españoles, informó de que los efectivos que participan en la misión tienen doce folios de reglas de enfrentamiento marcadas por la propia coalición, que no quiso detallar por motivos de seguridad. En lo que sí insistió es en que los F-18 abrirán fuego «cuando así lo exija la misión» y así lo ordene el comandante de la operación.

Despliegue marítimo

Por su parte, los medios marinos autorizados por el Gobierno ya se han puesto en movimiento. La fragata «Méndez Núñez» zarpó ayer a las cinco de la tarde desde su base de Ferrol para preposicionarse en la de Rota a la espera de que el Consejo del Atlántico Norte adopte una decisión definitiva sobre cuándo empezar con el embargo marítimo a Libia. La fragata, armada con misiles standard SM-2, con un helicóptero SH-60 embarcado y uno de los equipos de guerra electrónica más modernos del mundo, llegará hoy a la base naval de Rota y allí esperará la decisión de la OTAN. El movimiento permitirá que cuando el Consejo Atlántico lo ordene, la fragata pueda estar en el menor tiempo posible en el teatro de operaciones. Lo mismo hará el submarino «Tramontana» en su base de Cartagena. Su tripulación y su armamento ya están listos, al igual que el avión de patrulla marítima CN-235.

Los primeros movimientos de los efectivos españoles se produjeron a las 18:24 horas del sábado. El primero de los aviones, el de reabastecimiento en vuelo, despegaba de Torrejón de Ardoz. 26 minutos más tarde lo hacían los cuatro cazas. Aunque inicialmente su destino era la base de Trapani, fueron desviados a la de Decimomannu, en la isla de Cerdeña, ante la sobrecarga de las instalaciones ubicadas en el sur de Italia.

Fuentes militares consultadas por este periódico no descartan que en los próximos días se puedan alistar más medios a la operación, aunque en este caso serían sólo medios de apoyo que faciliten el trabajo de los efectivos ya integrados en la misión.


Una estricta preparación técnica y física
Los cuatro F-18 desplegados en la base italiana de Decimomannu son de origen estadounidense. Entraron en servicio en el Ejército del Aire español en 1986 y pese a llevar 25 años de «trabajo», mantienen un constante entrenamiento y acondicionamiento. Estos aparatos ya participaron, entre 1993 y 2002 en las operaciones internacionales en los Balcanes. Sus pilotos tienen una preparación técnica y física de un muy alto nivel. Tanto es así que se someten a constantes revisiones médicas que les impiden volar, por ejemplo, con una muela picada ante la presión que sufren en la cabina. Pese a que los Eurofighter son más modernos, aún no tienen todas las capacidades desarrolladas para participar en una operación de esta envergadura, y la experiencia y calificación de estos aviones y sus pilotos se adapta más a la situación actual. Los F-18 llevaron a cabo la última ofensiva aérea española en el siglo XX y pueden volver a protagonizar una en el XXI.