Kabul

Dos ataques suicidas causan cerca de 70 muertos en mezquitas afganas

Ningún grupo ha asumido por el momento la autoría

Varias niñas afganas asisten a clase a las afueras de Jalalabad (Afganistán)
Varias niñas afganas asisten a clase a las afueras de Jalalabad (Afganistán)larazon

Dos ataques casi simultáneos contra dos mezquitas en Kabul y en la provincial occidental de Ghor causaron hoy decenas de muertos en Afganistán, cerrando una semana negra con cinco ataques de envergadura.

Dos ataques casi simultáneos contra dos mezquitas en Kabul y en la provincial occidental de Ghor causaron hoy decenas de muertos en Afganistán, cerrando una semana negra con cinco ataques de envergadura.

Después de que los talibanes acabasen esta semana con la vida de más de un centenar de personas en tres ataques coordinados contra bases militares y cuarteles policiales, otras dos acciones sumaron hoy casi 70 víctimas mortales y medio centenar de heridos al balance de la sangrienta hebdómada.

La de mayor envergadura tuvo lugar en un barrio habitado por la perseguida minoría étnica hazara en Kabul, en concreto en el interior de una mezquita chií, blanco frecuente de acciones de este tipo.

En esta ocasión, un atacante suicida se posicionó entre los fieles que habían acudido a rezar a la mezquita Imam Zaman, en el oeste de la capital, e hizo detonar los explosivos que portaba en su chaleco.

Todo ello ocurrió sobre las 18.00 hora local (13.30 GMT), dijo a Efe el portavoz de la Policía local, Basir Mujahid.

De acuerdo con su relato, el insurgente tomó posición en la tercera fila, ya que los musulmanes suelen rezar en ordenadas filas horizontales.

Cuando se inmoló, se encontraba de pie en medio de los fieles, precisó el Ministerio de Interior afgano en un comunicado.

Una fuente de seguridad que pidió el anonimato detalló a Efe que un gran número de personas estaban congregadas en el lugar cuando tuvo lugar la explosión, ya que la rábida Imam Zaman, situada en el área de Dasht-e-Barchi, es muy popular entre los lugareños.

El último balance ofrecido por el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Najib Danish, en su cuenta de Twitter sitúa en 39 el número de fallecidos, todos ellos civiles que se encontraban allí para ofrecer sus plegarias, y habla de 45 heridos.

Apenas una hora antes, otro atacante suicida hacía detonar los explosivos que portaba en el interior de la mezquita Khwajagan, en el distrito de Du-Layna de la provincia de Ghor.

En este caso, un importante miliciano antitalibán y sus hombres se encontraban en el lugar para rezar, dijo a Efe el portavoz del gobernador provincial, Abdul Hai Khatibi.

El comandante, identificado como Fazal Hayat Khan y que luchaba contra los talibanes en la zona, y varios de sus hombres se encuentran entre las víctimas mortales, indicó, por su parte, el portavoz de la Policía de Ghor, Iqbal Nezami.

Según la fuente, esta segunda explosión causó al menos una treintena de muertos.

Los talibanes no suelen atribuirse la autoría de los ataques sectarios o de aquellos que tienen lugar en el interior de mezquitas, un lugar sagrado, que sí suelen ser reclamados por el grupo yihadista Estado Islámico.

Los de hoy, sin embargo, no han sido reclamados todavía por ninguna formación insurgente.

Sí se atribuyeron los talibanes los dos ataques coordinados en los que el martes murieron 48 personas y 161 resultaron heridas en un cuartel policial de Paktia (este) y que causaron, además, otros 25 fallecidos en un cuartel en Ghazni (este).

Ayer, de nuevo, la formación del mulá Haibatullah acabó con la vida de 43 soldados en un ataque coordinado contra una base militar en la provincia de Kandahar, en el sur del país.

Todos ellos fueron una respuesta a la nueva estrategia de Estados Unidos, que el mes pasado incrementó sus tropas en casi 3.000 efectivos, que se suman a los 8.400 que ya mantenía en Afganistán como parte del operativo de entrenamiento de la OTAN y en tareas antiterroristas.

El presidente afgano, Ashraf Gani, condenó enérgicamente los ataques de hoy por considerarlos un "crimen contra la humanidad"y que va en contra de los principios del islam y los derechos humanos.

"Los terroristas criminales que utilizan el islam como herramienta para alcanzar su objetivo ponen en peligro la seguridad de la gente, particularmente de los fieles, lo que supone un intento de dividir a la gente de Afganistán", declaró en un comunicado.

Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.

Efe