
Ciencia
Inquietud y preocupación con un estudio que asegura que vivimos en una simulación: "Es nuestro deber publicar los resultados"
Desde la ciencia ficción se ha teorizado en muchas ocasiones sobre si vivimos en una simulación o en realidades alternativas. Sin embargo, hoy en este caso se trata de un estudio científico

Hay preguntas que la humanidad prefiere no hacerse. No por falta de curiosidad, sino porque las respuestas podrían demoler los cimientos de lo que se podría considerar nuestra existencia misma, y es una propuesta bastante chula, pero a la vez extraña ¿Y si todo lo que conocemos, desde las estrellas hasta nuestros propios pensamientos, no fuera más que código ejecutándose en algún ordenador inconcebible?
Durante siglos, los filósofos han jugado con variaciones de esta idea, desde la caverna de Platón hasta el genio maligno de Descartes. Pero la filosofía es una cosa y la ciencia empírica otra muy distinta. Ahora, un físico británico afirma tener evidencias matemáticas concretas de que nuestro universo podría ser una simulación, y su trabajo está generando tanto fascinación como inquietud en la comunidad científica. Sí, algo similar a estar en Matrix o en otras películas de ciencia ficción.
Lo más perturbador no es la hipótesis en sí, sino el hecho de que este investigador llegó a ella casi por accidente, siguiendo un hilo de evidencias que comenzó con el almacenamiento de datos digitales y terminó cuestionando la naturaleza misma de la realidad.
La gravedad como prueba del código: cuando la física revela el simulador
Melvin Vopson, físico de la Universidad de Portsmouth, lleva seis años construyendo lo que él mismo describe como un “puente de evidencias” entre la especulación filosófica y la ciencia demostrable. Su último trabajo, publicado en abril en AIP Advances, propone algo que haría temblar los cimientos de la física: la gravedad no sería una fuerza fundamental, sino una herramienta de optimización computacional diseñada para reducir el caos informático del universo.
El razonamiento de Vopson parte de un principio aparentemente simple pero revolucionario: la información tiene masa. Cuando los objetos en el espacio se agrupan por efecto de la gravedad, la entropía de la información disminuye, creando orden donde antes había caos. Es como si el universo tuviera un algoritmo de compresión incorporado, optimizando constantemente los recursos computacionales necesarios para mantener la simulación funcionando.
Lo fascinante es que Vopson nunca se propuso demostrar que vivimos en una simulación. Con una carrera dedicada a la física de materiales y habiendo trabajado como científico senior en Seagate desarrollando tecnologías de almacenamiento digital, su camino hacia estas ideas fue completamente accidental. “Estaba en el lugar correcto en el momento adecuado”, admite, reconociendo que su experiencia con datos digitales le dio una perspectiva única sobre cómo la información podría funcionar a escala cósmica.
El punto de inflexión llegó en 2019 cuando formuló su principio de equivalencia masa-energía-información, expandiendo la famosa ecuación de Einstein para incluir la información como componente fundamental de la realidad. Pero fue su audaz “Segunda Ley de la Infodinámica” lo que realmente sacudió el tablero: mientras la termodinámica dicta que la entropía siempre aumenta, la información parece comportarse al revés, buscando siempre la máxima eficiencia y el mínimo desorden.
La pandemia de COVID-19 le proporcionó una oportunidad inesperada para probar su teoría. Al analizar las mutaciones del virus SARS-CoV-2, Vopson descubrió que cada mutación reducía la entropía informacional. Si el universo fuera realmente una simulación, argumenta, necesitaría exactamente este tipo de optimización incorporada para funcionar eficientemente. Las mutaciones virales serían entonces no productos del azar, sino actualizaciones del código para mejorar el rendimiento del sistema.
Su trabajo más reciente conecta estas ideas con la “gravedad entrópica”, un concepto propuesto por el físico holandés Erik Verlinde que sugiere que la gravedad no es fundamental sino emergente. Vopson va más allá: si la gravedad surge de procesos informáticos más profundos, entonces cada vez que una manzana cae estamos presenciando el universo optimizando su código, reduciendo la complejidad computacional al agrupar la materia.
Las implicaciones son una auténtica locura, al igual que la propia investigación. Si Vopson tiene razón, esto podría explicar algunos de los mayores misterios de la física: la energía oscura, la gravedad cuántica, e incluso la termodinámica de los agujeros negros. Pero el propio físico es el primero en admitir la naturaleza especulativa de su trabajo. “Muchos de mis estudios tienen signos de interrogación en el título”, reconoce, y añade que siempre incluye disclaimers sobre que todo esto sigue siendo una hipótesis.
Lo que resulta más inquietante es su actitud hacia la publicación de estos resultados. “Es nuestro deber publicar los resultados, traerlos al dominio público para que podamos debatirlas, para que podamos refutarlas”, insiste Vopson. “De lo contrario no haremos ningún progreso”. Es una postura valiente, considerando que sus ideas podrían tanto revolucionar nuestra comprensión del universo como resultar completamente erróneas.
El físico dice haber recibido sorprendentemente pocas críticas hasta ahora, pero da la bienvenida a cualquier escrutinio. Su objetivo final, asegura, no es necesariamente probar que vivimos en una simulación, sino expandir el conocimiento humano en cualquier dirección que la evidencia nos lleve. Incluso si eso significa demostrar definitivamente que nuestro universo es tan real como siempre hemos creído.
Mientras tanto, cada nuevo paper de Vopson añade otra pieza al rompecabezas, acercándonos peligrosamente a una respuesta que quizás preferiríamos no conocer. Porque si realmente vivimos en una simulación, ¿qué pasaría si descubriéramos el código? ¿Y más importante aún, qué pasaría si quienes ejecutan la simulación se dieran cuenta de que lo hemos descubierto? Simplemente es algo teórico, pero resulta muy divertido tenerlo en cuenta.
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