Londres

El alcalde de Londres llama a los laboristas a acabar con Corbyn

Sadiq Kahn arremete contra su líder en la víspera del inicio de las primarias del partido

El líder laborista, Jeremy Corby, ayer, a la salida de su casa en Londres
El líder laborista, Jeremy Corby, ayer, a la salida de su casa en Londreslarazon

Un día antes del comienzo de las primarias del Partido Laborista, el alcalde de Londres, Sadiq Kahn, se despachó ayer agusto en contra del actual líder del partido, Jeremy Corbyn, en una dura tribuna en «The Observer», el dominical del diario «The Guardian» en la que insta a los militantes a desbancarlo antes de que sea demasiado tarde. «Si Jeremy sigue de líder, es extremadamente improbable que los laboristas ganen las próximas elecciones», advierte Kahn.

El regidor londinense llega a esta conclusión tras constatar que el contestado líder laborista «ha mostrado que era incapaz de ganarse la confianza y el respeto del pueblo británico» tras su fracaso a la hora de defender la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea en el referéndum del pasado 23 de junio. «Como su posición sobre la continuidad en la UE nunca quedó clara, los votantes no le creyeron», se lamenta Kahn, figura en alza en el Partido Laborista al convertirse en el primer alcalde musulmán de Londres tras vencer en la elecciones municipales del pasado mayo. Partiendo de su fracaso en el referérndum, se pregunta, «¿por qué las cosas iban a ser diferentes en unas elecciones generales?»

De hecho, la consulta del 23-J ya escenificó ante la opinión pública la ruptura entre el veterano dirigente izquierdista y la joven promesa del partido. Mientras que Corbyn se resistió a salir en la foto junto al entonces primer ministro, David Cameron, para defender la permanencia británica en el «club» comunitario, Kahn recorrió las calles de Londres junto al líder «tory» en actos de campaña conjuntos.

Finalmente, la inesperada victoria del Brexit derivó en un terremoto interno en el Partido Laborista, cuyos principales dirigentes renunciaron a sus cargos de ministros en el «gabinete en la sombra» y reclamaron la inmediata dimisión de Corbyn, que se negó a renunciar aludiendo a que había sido elegido por las bases del partido en septiembre de hace un año con el 59,5% de los votos. Precisamente, Kahn alude a esta pérdida de credibilidad como líder de la oposición para pedir a los militantes que apoyen al diputado galés Owen Smith, de 46 años, el único rival de Corbyn en un proceso electoral cuyo resultado se conocerá el 24 de septiembre.

«Su cuota de popularidad está en un mínimo histórico para un líder de la oposición. Ha perdido el apoyo de más del 80% de los diputados laboristas. No podemos seguir así», asegura Kahn tras destacar que el partido «está sufriendo malamente» las consecuencias de la errática dirección del diputado izquierdista, que reconoce que en la consulta de 1975 votó en contra del pertenencia a la Comunidad Europea.

La división interna en las filas del principal partido de la oposición británica hace difícil vaticinar el resultado del proceso electoral que se pone hoy en marcha para elegir a su líder. Si bien el Comité Ejecutivo Nacional (NEC) es partidario de recuperar el centrismo que tan buenos réditos electorales dio a la formación bajo el liderazgo de Tony Blair, las bases parecen preferir el discurso izquierdista de Corbyn, de 67 años, que ya dio la sorpresa hace un año al imponerse a sus rivales gracias al apoyo de los sindicatos, la principal fuente de financiación del partido. Para evitar que se repita el resultado, el aparato laborista ha recurrido a una argucia legal que ha sido recurrida sin éxito ante los tribunales por los partidarios de Corbyn. El NEC ha impedido participar en las primarias a 130.000 nuevos afialiados por no haber pagado la tasa de 25 libras (29 euros) que da derecho a participar en el proceso.

Mientras que los «tories» lograron cerrar su crisis con la rápida elección de Theresa May como líder y nueva primera ministra, los laboristas siguen inmersos en disputas internas que los debilitan ante un electorado más preocupado en el futuro divorcio entre Londres y Bruselas.