París

Macron barre a los viejos partidos

El presidente francés logra una mayoría aplastante en la Asamblea Nacional para poner en marcha sus reformas en una primera vuelta marcada por una histórica abstención.

Partidarios de Macron celebra la victoria de su partido, En Marcha, en las legislativas francesas, según los sondeos.
Partidarios de Macron celebra la victoria de su partido, En Marcha, en las legislativas francesas, según los sondeos.larazon

El presidente francés logra una mayoría aplastante en la Asamblea Nacional para poner en marcha sus reformas en una primera vuelta marcada por una histórica abstención.

Emmanuel Macron está ganando su apuesta. Hace unos pocos meses, su partido La República en Marcha (REM) no existía, y hoy estaría barriendo con sus diputados la Asamblea Nacional, si se confirman el próximo domingo las proyecciones de los resultados de esta primera vuelta en las legislativas. Con un 32% en la primera vuelta de las legislativas, llegan claramente en cabeza, y obtendrían la mayoría absoluta, seguidos por el partido conservador Los Republicanos (LR) y el Frente Nacional (FN). Los diputados de REM han cosechado unos resultados 8 puntos por encima del de Emmanuel Macron en la primera vuelta de las presidenciales, el 23 de abril. El dato negativo fue que, con un 50%, la abstención alcanza un nivel histórico en unas legislativas. El primer ministro, Édouard Philippe lanzó un mensaje a los electores para insistirles «sobre la necesidad de ir a votar el próximo domingo».

Jean-Paul Delevoye, presidente de la Comisión Nacional de Investidura de En Marcha, declaró anoche que este resultado debe llevarles «a mucha humildad y a una enorme responsabilidad», sin olvidar que más de la mitad del electorado no ha ido a votar. «No podemos ignorar el porcentaje de abstención», admitió Delevoye.

El secretario general de los socialistas, Jean-Christophe Cambadelis, reconoció «el retroceso sin precedentes de la izquierda y especialmente de los socialistas», que terminan con un 7% en estas elecciones después de cinco años en el poder. Cambadelis no hizo ningún tipo de autocrítica y se limitó a denunciar que el próximo domingo podría salir de las urnas «una Asamblea Nacional sin debate democrático». «No es sano ni deseable que un presidente que obtuvo el 24% de votos en la primera vuelta de las presidenciales y que ganó en la segunda vuelta sólo por el rechazo al Frente Nacional, se beneficie del monopolio de la representación democrática», afirmó. Para Julien Dray, veterano socialista, el partido atraviesa «una crisis política profunda», e hizo una llamada para «refundar la identidad socialista».

François Baroin, que asumió la campaña de Los Republicanos tras la marcha de François Fillon, también puso de relieve en primer lugar el nivel récord de la abstención. Su partido, que estaba destinado a gobernar el país, se ve con unos resultados en torno al 20% tras la derrota de su candidato en las presidenciales. Para Baroin, durante esta semana será necesario que haya un debate para que queden claras «las diferencias que existen entre nuestros proyectos», explicaba anoche deseoso de que se hable ya del contenido de los programas. «No podemos aceptar la amenaza de aumentos espectaculares de impuestos que esperan a nuestro país», comentó junto a una retahíla de elementos que piensan poner de relieve estos días, como «salir del suplicio de las 35 horas» o aplicar «una moratoria en el cierre de los servicios públicos en zonas rurales».

Marine Le Pen, que se presenta por tercera vez en Henin-Beaumont, retomó su discurso de que derecha e izquierda van de la mano y pidió a «los electores patriotas que acudan masivamente a las urnas el próximo domingo» para evitar la política catastrófica que prepara el presidente de la República, con su reforma de la Ley del Trabajo, y la inmigración. Le Pen anunció que había terminado «ampliamente en cabeza con cerca del 45%» y que en segundo vuelta se enfrentará a la candidata de La República en Marcha, que ha obtenido menos del 20%. Para la líder de la extrema derecha, es una buena dinámica, aunque no puede olvidar que en 2012 perdió esa circunscripción por poco más de un centenar de votos, lo que hace que, a diferencia de su padre, Jean-Marie Le Pen, o de su sobrina, Marion Maréchal-Le Pen, nunca haya sido diputada nacional.

Jean-Luc Mélenchon, el líder de Francia Insumisa, no ha querido repetir la experiencia de 2012, cuando decidió presentarse a las legislativas en Hénin Beaumont. Mélenchon fue claramente eliminado desde la primera vuelta, y esta vez se ha buscado una circunscripción más favorable, Marsella, donde obtuvo sus mejores resultados en las presidenciales. Sin embargo, no ha logrado mantener los resultados y anoche no registraba más que un 11%. Para Mélenchon los resultados muestran «una situación política totalmente inestable» y considera que la mayoría que ha obtenido el presidente de la República no les permitirá «destruir el código de trabajo para engatusar a los ricos», por lo que corresponde a su partido «convencer al país de que hay que hacer otra cosa». Esta vez, sí ha pedido a los electores «atención para no permitir nunca la elección de un diputado del FN».

En el Eure, Bruno Le Maire, que había sido investido por LR, defiende los colores del presidente de la República desde que aceptó el cargo de ministro de Economía. Este cambio de etiqueta le ha resultado claramente favorable, con más del 45% de votos en la primera vuelta, muy por encima del 23% de la aspirante frontista Fabienne Delacour.