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Caza a un joven tunecino, posible autor de la masacre

La solicitud de asilo de Anis Amri, de 24 años y con antecedentes, fue encontrada en el camión. La Fiscalía ofrece 100.000 euros de recompensa.

Ficha policial enviada a Europol con los datos del tunecino Anis Amri, buscado por la policía alemana.
Ficha policial enviada a Europol con los datos del tunecino Anis Amri, buscado por la policía alemana.larazon

La solicitud de asilo de Anis Amri, de 24 años y con antecedentes, fue encontrada en el camión. La Fiscalía ofrece 100.000 euros de recompensa.

Lleva más de un año viviendo en Alemania, posee al menos seis alias distintos y no se descarta que tenga una vinculación con el predicador extremista Abu Walaa, recientemente detenido. Sólo unas horas después de que fuera puesto en libertad y sin cargos el primer sospechoso del atentado terrorista en Berlín, un refugiado paquistaní de 24 años, la Justicia ya tenía a un nuevo nombre en el punto de mira: Anis Amri.

Es el principal sospechoso de ser el conductor del camión –o un cómplice directo de éste– que el pasado lunes embistió a decenas de personas en un mercado navideño de Berlín. Un día después, el Estado Islámico reivindicaría su autoría en la lamentable tragedia. Ayer las autoridades informaron de que la Policía encontró en el reposapiés del camión un permiso de residencia a su nombre emitido por Extranjería en Kleve (Renania del Norte-Westfalia), al oeste del país.

Fue en el mes de julio cuando Anis Amri –nacido en Tataounine (Túnez) en 1992– entró en Alemania por el Estado de Baden-Württemberg. Desde entonces ha pasado la mayor parte de su estancia en Fiburgo, para luego mudarse a Berlín. Sin embargo, en los servicios de Inteligencia alemanes ya lo tenían calificado de persona de «alta movilidad», ya que no es la primera vez que aparece su nombre en sus informes. La Oficina de Investigación Criminal (LKA) de Renania del Norte-Westfalia ya tenía conocimiento del posible autor del atentado, puesto que estaba siendo investigado por su presunta implicación en un acto en contra de la seguridad del Estado del país, por lo que incluso se estudiaba la posibilidad de una expulsión inminente porque un confidente policial había informado de que Amri buscaba dónde adquirir armas, aunque no había sido investigado. Eso a pesar de que, según «Der Spiegel», Amri estaba «clasificado como peligroso, una categoría de la Policía alemana que identifica a individuos considerados capaces de atentar, y que deben ser regularmente controlados».

Su padre explicó ayer en una radio turca que Amri emigró de su ciudad de Oueslatia hace siete años, y que fue condenado «in absentia» a cinco años de cárcel por un robo con violencia. Según fuentes de la Fiscalía alemana, después habría viajado a Italia en 2012 y tres años más tarde se habría desplazado a Alemania, donde solicitó el asilo. En abril de este año habría recibido un permiso temporal de residencia. Ralf Jaeger, ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, dijo ayer que la solicitud de asilo había sido rechazada en junio, pero que los papeles para la deportación no estaban todavía preparados porque las autoridades tunecinas negaron en un primer momento que Amri fuera natural del paísmagrebí. De hecho, la documentación definitiva llegó ayer, comentó Jaeger.

Durante la tarde de ayer fue el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, quien confirmó la información sobre el «nuevo sospechoso» del atentado, tras una reunión de varias horas de la Comisión de Interior del Bundestag (Cámara Baja). El secretario de Estado tomó la palabra y anunció la emisión de una orden de detención a nivel europeo –dentro del espacio Schengen– para una pronta captura. No obstante, precisó: «Desde la pasada noche seguimos todas las pistas para encontrar al sospechoso, que no es obligatoriamente el autor del atentado, tanto en Alemania como en Europa».

El Ministerio Público difundió después una ficha con dos fotografías de Amri y una descripción física. «Mide 1,78 centímetros, pesa unos 75 kilos, tiene el pelo negro y los ojos marrones», indica, detallando que tiene «lesiones» en nariz y cuello y que cuando ocurrieron los hechos llevaba «ropa oscura y una bufanda blanca». «Cuidado, puede ser violento y estar armado», advertía la Fiscalía, que informó de que las Fuerzas de Seguridad lo buscan en todos los «länder» y que ha puesto una recompensa de 100.000 euros para cualquiera que ofrezca información que lleve a la captura de Anis Amri, el principal sospechoso y posible miembro del autodenominado Estado Islámico.

Además, la Policía emplazó a los ciudadanos a que eviten la entrega de cualquier comentario o información en las redes sociales que pueda perjudicar la investigación sobre los terroristas que puedan encontrarse en el país y sus acciones. De hecho, a través de su cuenta de Twitter, implementaron el hashtag #AunsGruenden, que en español significa, «sin comentarios». La Fiscalía aclaró que las próximas horas son consideradas «clave» para el arresto, aunque se muestra optimistas por el nuevo escenario. «Hay pruebas convincentes y muchos puntos de partida», aseguró André Schulz, de la Federación Alemana de Detectives.

Entre las nuevas aristas en torno al caso ha llamado también la atención los resultados de autopsia practicada al camionero polaco, cuyos detalles principales fueron filtrados a la prensa germana y confirmaban las informaciones sobre una lucha entre el terrorista y el camionero Lukasz Urban. Según consignó el diario «Bild», el cuerpo del conductor presentaba una serie de heridas de arma blanca, lo que daría cuenta de un enfrentamiento entre el terrorista y el ciudadano polaco, por lo que la Policía trabaja con la hipótesis de que el principal responsable del atentado también estuviese herido. En las últimas horas, los agentes rastrean todos los hospitales de Berlín y Brandenburgo en busca de alguna pista que pudiera llevar hasta el terrorista. Asimismo, anoche la Policía llevó a cabo una redada en dos apartamentos de Berlín en busca de Amri. En una de las operaciones en un piso del multiétnico barrio de Kreuzberg se redujo a un hombre, aunque no se trataba del tunecino.