Represión en Venezuela

Los feudos chavistas deciden el éxito de la consulta

La oposición se la juega en los barrios populares nostálgicos de ese Chávez idolatrado

Los feudos chavistas deciden el éxito de la consulta
Los feudos chavistas deciden el éxito de la consultalarazon

La oposición se la juega en los barrios populares nostálgicos de ese Chávez idolatrado.

Uno de los mayores retos de la oposición es que la gente venza el miedo que impone el chavismo en las pocas zonas donde todavía tiene control y apoyo. Con diferentes maniobras, los líderes del oficialismo pretenden que la gente no salga a participar en la consulta ciudadana de hoy, pero aun así hay personas dispuestas a salir. Hace unos 18 años, cuando ganó el chavismo de Hugo Chávez, casi todos los sectores de Caracas eran oficialistas. La tendencia ahora ya no es la misma, desde 2015 cuando la oposición se alzó, ganando la mayoría del Parlamento, son escasos los puntos de la capital en donde el reto opositor es mayor: El Junquito, Antímano y Macarao son los predominantes.

Líderes comunitarios, los diputados y algunos políticos de renombre hicieron el trabajo en esas comunidades para que la participación sea lo más alta posible, pese a que apenas hay dos puntos en conjunto en esas parroquias. «Antimano es un universo paralelo, es la parroquia más chavista de la gran Caracas en términos porcentuales; sin embargo, siento que la necesidad ha articulado cierto interés, quizá no ideológico, sino de otra índole con la oposición. Yo particularmente he conversado con algunas personas que entienden que la participación en esta consulta es una necesidad política, para expresar no solo la inconformidad con la situación del país, sino también para dejar claro que la población entiende que la Constituyente no es una salida a la crisis. La gente entiende que el Gobierno movilizará a los colectivos y a sus grupos paramilitares, por lo que la lógica es votar temprano y quedarse en los centros de votación para resguardar las firmas, la voluntad del pueblo y también una garantía para las personas que participaran a riesgo de perder sus trabajos, etc.», afirmó Irving Briceño, habitante de la parroquia Antímano.

Ya en el interior de Venezuela son pocos los estados en los que el chavismo tiene dominio a pesar de que tienen gobernadores. Aragua, Cojedes, Yaracuy, Sucre y Vargas son los que numéricamente siguen siendo «rojos». No obstante, la movilización de logística ha sido importante en estas entidades.

En Vargas hay al menos 37 puntos. Antonio Correa es comerciante, pero también se sumó al grupo de voluntarios de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Ayer, durante el despliegue de los materiales electorales y la instalación de algunos de los centros dio a conocer que el ambiente que se respira es de entusiasmo. «Aquí el chavismo desencantó. Ya la gente no está comiendo chantaje y hasta los vecinos de algunas parroquias como Catia La Mar y Maiquetía se han sumado a la organización necesaria para que la jornada sea de éxito», sentenció.

Los «lunares» o feudos chavistas que quedan en el país tienen características muy especiales: en su mayoría los habitantes reciben algún beneficio de los programas sociales del Gobierno como la Misión Amor Mayor, Hijos de la Patria, Misión Vivienda o las bolsas de comida; son sectores donde el discurso opositor no ha calado al 100%, pero en los que el madurismo ha ido perdiendo terreno.

Una de las encuestadoras más serias de Venezuela, Datanálisis, hizo un estudio en el que determinó que 62% de las personas está dispuesta a participar en la consulta opositora de hoy. De ese porcentaje el 20,9% se calificó como oficialista. La mayoría de los chavistas provienen de los barrios populares que vieron en Hugo Chávez a un mesías y le elevaron con sus votos a Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana. También cabe destacar que entre ése casi 21% de nostálgicos del ex presidente Chávez, son muchos los que temen que le quiten su bolsa (de comida a precio regulado), o les preocupa que les vean estampando sus firmas en el plebiscito y pierdan sus empleos como funcionarios públicos. Un as en la manga para Maduro.