Rusia

Rusia redoblará su plan militar en Siria tras la muerte de su embajador

Rusos, turcos e iraníes se reúnen para pergeñar el futuro del país árabe después de la guerra

La viuda del embajador Andrei Karlov despide el féretro, ayer en el aeropuerto de Ankara antes de viajar a Rusia
La viuda del embajador Andrei Karlov despide el féretro, ayer en el aeropuerto de Ankara antes de viajar a Rusialarazon

Rusos, turcos e iraníes se reúnen para pergeñar el futuro del país árabe después de la guerra

Con la muerte del embajador ruso en Ankara en la mente de todos, los ministros de Exteriores de Rusia, Turquía e Irán, Sergei Lavrov, Mevlut Cavusoglu y Mohamad Yavad Zarif, celebraron ayer un encuentro en Moscú en el que intercambiaron posturas sobre el posible fin del conflicto sirio y trazaron los pasos a seguir. El principal resultado de la cita tripartita fue la declaración conjunta de los tres ministros en la que consensuaron «medidas encaminadas a relanzar el proceso político con el objetivo de poner fin al conflicto sirio», dijo después Lavrov, el jefe de la diplomacia rusa.

Los tres países se mostraron dispuestos a elaborar un acuerdo de paz entre Damasco y la oposición armada y a ser garantes de su cumplimiento. Lavrov destacó que Moscú, Ankara y Teherán confirmaron su «firme voluntad» de colaborar y combatir conjuntamente al Estado Islámico y al Frente al Nusra. «Las principales tareas son parar el sufrimiento de la gente inocente, solucionar los problemas humanitarios más agudos y proseguir con la lucha implacable contra el terrorismo», afirmó Lavrov. A la vez, el ministro ruso subrayó que la declaración conjunta refrenda «el respeto a la soberanía, independencia, unidad e integridad territorial de la República Árabe de Siria».

Pero las consultas a tres bandas en Moscú estuvieron marcadas por el ritmo de las noticias que llegaban desde Ankara sobre la muerte del embajador ruso Andrei Karlov a manos de un policía turco. En el Kremlin el crimen fue calificado de una provocación destinada a abortar la normalización de las relaciones ruso-turcas y torpedear el proceso de paz en Siria. Al mismo tiempo, en Moscú pidieron una investigación pública y exhaustiva del asesinato de Karlov. No obstante, en Rusia ya se escuchan voces que invitan a los ciudadanos a pensárselo dos veces antes de viajar a Turquía con motivo las vacaciones navideñas. A falta de los resultados de la investigación del asesinato del diplomático ruso, es evidente que a Ankara le pasa factura el apoyo prestado a los opositores radicales al régimen de Bachar al Asad. En este sentido, cabe recordar que los últimos días en Turquía se celebraron actos de protesta contra la actuación rusa en Siria. Es de suponer que las simpatías que tiene una parte de la sociedad turca hacia los «hermanos sirios» crea un buen caldo de cultivo para el auge de las posturas extremistas.

Entre los expertos rusos prevalece la opinión de que el asesinato de Karlov fue posible debido a un grave fallo en la labor de las Fuerzas de Seguridad turcas. En este sentido, algunos relacionan lo ocurrido con la «gran limpieza» en el Ejército y los servicios secretos que llevó a cabo el Gobierno de Erdogan tras la intentona golpista del pasado verano.

Sea como fuese, lo más seguro ahora es que el asesinato del diplomático ruso no cambiará los planes de Moscú en Siria. Todo lo contrario. A pesar del carácter pacífico de la declaración conjunta de los ministros de Exteriores, la respuesta de Rusia a la oposición armada del país árabe promete ser dura, al igual que en noviembre de 2015, cuando los insurgentes ejecutaron al piloto del caza ruso derribado por la aviación turca en el territorio sirio. Moscú respondió con un intenso bombardeo sobre la zona montañosa donde ocurrió el incidente, obligando a desalojarla por completo, según informaron entonces las fuentes turcas. Hoy el campo de batalla es toda Siria y la respuesta de las fuerzas rusas promete ser mucho más amplia.