Terrorismo yihadista

Éxodo masivo de turistas en la playa de Susa

Los turistas empiezan a abandonar Túnez después del atentado del viernes en una popular playa
Los turistas empiezan a abandonar Túnez después del atentado del viernes en una popular playalarazon

Más de 5.000 europeos han abandonado Túnez tras el ataque ante el temor de más atentados contra el país magrebí.

En un escenario desolador, los trabajadores del hotel Imperial Marhaba se afanaban en eliminar los rastros de la masacre del viernes que, a la mañana siguiente, teñían todavía de rojo las instalaciones del hotel. Algunos de los supervivientes, quienes consiguieron salvarse de la ráfaga indiscriminada de balas atrincherándose en sus habitaciones, depositaron ramos de flores sobre la arena, donde hamacas vueltas del revés daban cuenta de la estampida que se desencadenó al oírse los primeros disparos. El llanto se apoderaba de aquellos que acudieron a Susa para disfrutar de un momentáneo descanso y terminaron viviendo la experiencia más traumática de sus vidas.

Si cabía alguna duda de que el único objetivo del asaltante eran los visitantes extranjeros, los primeros testimonios no hacen sino corroborarlo. Ibrahim el Gul, un mecánico que trabaja en un hotel cercano al Imperial Marhaba, declaró cómo el asesino los miró a él y a su madre con una sonrisa en el rostro y tras darles a entender con un gesto que no pensaba dispararles, dijo: «No quiero matarte. Quiero matar turistas».

Los datos sobre la identidad de muertos y heridos fueron brotando con cuentagotas, lo que avivó las quejas de decenas de familias que todavía ayer desconocían cuál había sido el destino de sus allegados. En declaraciones a la emisora británica BBC Radio, Conor Fulford relató: «Hemos estado viendo las noticias y mis dos hermanas están convencidas de haber visto a mi madre en una camilla». Comenzaron ayer a salir también algunas de las historias escalofriantes vividas a la orilla del mar, como la de un adolescente que vio morir a sus padres y a su abuela antes de ponerse a cubierto o el de un hombre que se encaró al terrorista haciendo de escudo humano para que no disparara a su familia. Drámatico es lo que vivió Sarah Wilson, de 26 años, quien se refugió en el cuerpo abatido de su prometido, Matthew James, después de que éste recibiera tres tiros mientras tomaban el sol. Ahora James lucha por su vida en el hospital. «Me dijo que dijera a nuestros hijos que su padre les quería mucho», explicaba ayer Wilson que espera que su marido se recupere. En las inmediaciones del recinto sanitario, otra mujer relata que su esposo, el cual había fallecido, había sido operado de corazón recientemente y que este viaje lo había organizado ella para que él se recuperarara.

Por su parte, el policía británico Tony Callaghan fue alcanzado en una pierna por los disparos del solitario tirador. Su mujer, Christine, también figuraba entre los heridos aunque si puede vivir para contarlo es gracias a la funda de gafas que portaba en el momento del asalto, la cual recibió un impacto de bala que podría haber sido mortal. Sosteniendo en sus manos el preciado objeto, Callahan daba cuenta a todo aquel que se aproximase a su camilla de cómo reconoció de inmediato las intenciones del joven que se camufló entre los usuarios de la playa para acometer el crimen: «Grité que no se trataba de fuegos artificiales y que la gente debía buscar un lugar seguro de forma inmediata. Recuerdo que había un hombre mayor deambulando aturdido. Le dije que tenía que irse. En mi huida desde la piscina hasta el hotel vi cuatro cadáveres, hasta que por fortuna encontré a mi mujer escondida tras el escritorio de la recepción», explicó.

Entre las 15 víctimas británticas hasta ahroa confirmadas se encuentra una bloguera de moda, Carly Lovett, que viajó a Túnez con su prometido (que le había pedido la mano en diciembre) o un estudiante de 19 años que viajó con su tío al país magrebí. La irlandesa Lorna Carty tambíen resultó muerta. Dejó a su marido descansando en la habitación, mientras ella optó por ir a tomar el sol a la playa.

Quienes no tienen que permanecer en Túnez por razones médicas esperaban a ser repatriados, incluida una pareja de novios que había viajado hasta Susa para pasar su luna de miel, acompañada de su hijo de dos años. La inmensa mayoría de los extranjeros que habían elegido Túnez como destino expresaron su deseo de volver a sus casas.