Milán

Donatella Versace: Italia se mofa de la musa del lujo extremo

A punto de cumplirse 20 años de la muerte de Gianni Versace, se estrenará próximamente la tercera temporada de «American Crime History» sobre el asesinato del diseñador. A los 62 años y con un físico objeto de mofa, Donatella sigue pagando el precio de haber continuado con el legado de su hermano

A los 62 años y pese a las críticas que la rodean, Versace sigue activa en la compañía que le legó su hermano
A los 62 años y pese a las críticas que la rodean, Versace sigue activa en la compañía que le legó su hermanolarazon

No ha debido ser fácil para Donatella Versace mantenerse durante tantos años en la cima de un mundo de tan feroz competencia como es el de la moda, soportando toda clase de críticas.

No ha debido ser fácil para Donatella Versace mantenerse durante tantos años en la cima de un mundo de tan feroz competencia como es el de la moda, soportando toda clase de críticas. Comenzó recorriendo el camino de la mano de su célebre hermano Gianni, pero después de su asesinato le tocó a ella continuar el legado. Lo hizo con éxito, aunque tuvo que pagar el precio de la fama con colapsos que la llevaron durante varios años a la drogadicción y a enfrentar la anorexia de su hija. Hoy, a los 62 años, parece haber encontrado el equilibrio y la satisfacción de haber podido expandir su imperio, pero nunca se ha liberado de ser objetivo de la Prensa y la opinión pública, que no le han ahorrado disgustos.

Donatella nació el 2 de mayo de 1955 en Reggio Calabria y es la menor de cuatro hermanos (quedó como única niña tras la muerte prematura de una hermana). Como es tradición en Italia, sobre todo en el sur, la familia está muy unida y todos trabajan juntos. El artista del clan era Gianni, el mayor y preferido de Donatella. Lo siguió a Florencia cuando fue a estudiar arte, mientras ella aprendió varios idiomas y colaboró con Gianni en el diseño de artículos de punto. En 1978 fundó la casa Versace, creando un imperio internacional no sólo de prendas y accesorios, sino también de muebles y decoración. Donatella se encargaba con muchísimo tino de la relaciones públicas de la empresa, organizando grandes fiestas y atrayendo a numerosas celebridades. Al morir Gianni, se encargó de la dirección de diseño y el otro hermano, Santo, de las finanzas, y ambos lograron la continua expansión de la firma.

► Anorexia superada

La trágica muerte de Gianni en 1997 y su posterior divorcio del modelo Paul Beck hicieron caer a Donatella en la redes de la cocaína. «No podía resistir al dolor ni llorar en público, tenía que dirigir una empresa aun cuando no estuviese a la altura», declaró a «Vogue» después de su rehabilitación en una clínica de Arizona. Su hija, Allegra, también pagó el precio de ser la heredera del 50 por ciento de la empresa de su famoso tío, a pesar de que mientras llegaba a la mayoría de edad siempre se la mantuvo alejada de la vida pública. La joven sufrió anorexia, que ya ha superado, y hoy, cerca de su 31 cumpleaños, ha dejado atrás su sueño de ser actriz y trabaja junto a su madre.

El estilo Versace, exuberante y barroco, que para muchos raya en lo «kitsch», tuvo mucho éxito en una época de abundancia económica, sobre todo, fuera de Italia. Esto implicó que la empresa tuviese sucursales en las principales ciudades del mundo y que la familia viajara continuamente a sus diferentes casas en Milán, Miami, Nueva York, París y donde quiera que tuviesen negocios, como el hotel Palazzo Versace, en Dubai.

Hoy, Donatella es un personaje habitual del «cuore». Su aspecto es muy característico en los actuales cánones de dudosa belleza que siguen las italianas, muy delgada, exageradamente bronceada, rubia platina y exageradamente «retocada», eufemismo para indicar grandes cantidades de bótox y cirugías plásticas, no siempre con buenos resultados. En los últimos meses se ha estado hablando mucho de ella en Italia, no por ninguna nueva colección, operación o foto robada, sino por una genial imitación que hace de ella la actriz cómica Virginia Raffaele en la televisión. La interpretación fue llevada incluso al famoso Festival de Sanremo este año, donde obtuvo un éxito rotundo. Con un pesado maquillaje que logra un extraordinario parecido con el personaje real, a la Donatella ficticia, mientras habla (usando muchas palabras en inglés) se le van quedando partes de su cara en las manos mientras se toca y, si se acaricia la cabellera, le quedan extensiones ente los dedos. También se le cae una oreja después de ponerse el pendiente, se le tuerce un pómulo, se le pegan los labios y los párpados y hasta se tiene que sacar un globo ocular por el exceso de pestañas postizas. Todo en medio de sus comentarios de sorpresa porque «me acabo de hacer la revisión en el taller y no debería de pasar», o quejas porque «esto pasa con los materiales hechos en China».

Pero no es la primera vez que la señora Versace es objeto de la sátira. La actriz Francesca Reggiani ya había hecho un divertido monólogo en el que Donatella comenzaba a hablar lentamente con voz sensual y acento milanés de una manera refinada, contrayendo las mejillas y con movimientos suaves. Poco a poco se iba enfadando y su modo de hablar se iba haciendo cada vez más brusco, hasta que se enfurecía y gritaba con un fuerte acento calabrés, gestos amenazantes y groserías. Un chiste para recordar el «nuevoriquismo» que representa.

► Depresiones y drogas

El humor a costa de Donatella trascendió las fronteras italianas y llegó a Estados Unidos, donde fue imitada por la actriz Maya Rudolph en «Sarurday Night Live». También, en la serie de ABC «Ugly Betty», el personaje de Fabia, interpretada por Gina Gershon, es una parodia suya. La misma actriz dio vida a la diseñadora en la película de 2013 «House of Versace», producida por la cadena «Lifetime» y basada en el libro «House of Versace: The Untold Story of Genius, Murder and Survival» (Random House), escrito por la periodista del «Wall Street Journal» Deborah Ball sobre depresiones, drogas, envidias y celos que tuvo que enfrentar tras el asesinato de su hermano. El filme no fue de su agrado, considerándola solo «una obra de ficción». Penélope Cruz será la próxima en darle vida en la tercera temporada de «America Crime Story», que estará centrada en el asesinato de Gianni Versace.

Pero no todo es crítica negativa o mofa, también es admirada y apreciada por muchos. Después de todo, una mujer del tradicionalista sur italiano que logra mantener un imperio en todo el mundo no puede pasar desapercibida ni ser subestimada. Entre sus amigos del mundo del espectáculo están Elton John y Lady Gaga, que en 2003 compuso una canción en su honor, «Donatella». Su clientela cuenta, entre otras, con Liz Hurley, Catherine Zeta-Jones, Kate Moss, Madonna y hasta Michelle Obama.

Alternando sus momentos de gloria y sus dramas, Donatella se sigue imponiendo al paso de los años. Para su colección otoño-invierno 2017 ideó «una campaña de protesta en favor de la paz y del deseo de conexión que todos necesitamos», según la definió el fotógrafo Bruce Weber. Participan en ella Gigi Hadid, Mica Arganaraz, Taylor Hill y Victoria Ceretti, vistiendo piezas simbólicas «con mensajes que invitan a la igualdad y la confianza», temas muy actuales en Italia por la constante y gigantesca ola migratoria proveniente de las costas africanas. «El mensaje es claro y directo, habla de amor, de la solidaridad que todos necesitamos, independientemente de quiénes seamos o de dónde vengamos», dijo Donatella.