El despegue de la moda patriótica

La bandera española comienza a ser tendencia e icono de moda como la enseña americana. La crisis catalana produce un efecto rebote en el que lucir el rojo y el amarillo se ha convertido en el último grito.

«La moda es un arma política desde que conocemos su existencia. Al final, el traje, desde el momento en el que marca una jerarquía social, es un arma», asegura la consultora de moda y doctora en Literatura y Moda Marta Blanco. «Basta pensar en los griegos, con las togas y el color púrpura, o en Worth, que convenció a Napoléon III para que la emperatriz española Eugenia de Montijo vistiera de francesa», añade. En nuestro país hemos notado un repunte de esta moda «nacional» recientemente. Cada vez parece que nos vamos librando más de los complejos que parecen producirnos el rojo y el amarillo: «Tenemos una historia frágil, una dictadura reciente y todavía hay mucha memoria oral», reconoce Blanco. «Levantar políticamente la imagen de algo con tanta carga emocional es un trabajo que no se está haciendo, no se ha tocado, igual que no se ha tocado el himno o nuestros valores patrióticos. En Cataluña, por ejemplo, llevan 30 años controlando la educación. En cambio, en España, nadie ha recibido en clase información sobre la bandera y no se impulsa el amor a la patria. Es un proceso educativo que no se está realizando. En países como Colombia a diario se interrumpen los programas de radio para que suene el himno y están orgullosos de su bandera», opina Blanco.

De vergüenza a orgullo

La crisis catalana, como ya lo hicieron las victorias de la Selección Española de Fútbol, parece haber hecho rebrotar el orgullo patriótico. Lo reconoce Gonzalo Alba, fundador de la firma God Save My Swing, una marca que se ha hecho popular no solo gracias a Felipe de Marichalar (el hijo de la Infanta Elena llevó una de sus prendas), sino por los valores que defiende. «La unidad y unicidad de la nación española, la conciencia social cristiana y la defensa de la vida», afirma Alba: «De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda llevar los colores de la bandera. Quizá como reacción a quienes la menosprecian. Parece que la vergüenza de enseñarla está tornándose en orgullo. Pero de ahí a normalizarlo como en Estados Unidos, por ejemplo, todavía nos quedaría un camino».

Diseñadores como Tommy Hilfiger o Ralph Lauren han conseguido, por ejemplo, construir dos firmas apoyándose en el orgullo estadounidense y haciendo de los colores de su enseña nacional la base de sus colecciones. La última Premio Nacional de Diseño de Moda, Agatha Ruiz de la Prada, vistió a sus maniquíes recientemente con la enseña nacional. «En España el rojo y el amarillo son muy expresivos y es más fácil combinarlos en complementos que a la hora de vestir», comenta Alba. Y en una situación como la actual, donde se ha puesto patas arriba los cimientos del Estado, parece que el sentimiento de reafirmación está más en boga que nunca: «Es muy pronto para decirlo, pero todo parece indicar que estamos creciendo en ventas por el asunto catalán. Incluso en la propia Cataluña», confiesa el fundador de God Save My Swing, que hace unas semanas procedió al cierre de sus puntos de ventas en esta comunidad autónoma. «Fue simplemente porque no funcionaron bien, pero, por el contrario, vía web han crecido mucho las ventas en Cataluña. Cuando las cosas se tranquilicen, que lo harán, me plantearé la búsqueda de puntos de venta nuevos, mientras tanto, quien pide algún producto desde Cataluña en nuestra web recibe un detalle de regalo como muestra de mi cariño».

Pero God Save My Swing no es la única firma que defiende la bandera. Valecuatro, Spagnolo o 1785 son otras que diseñan en rojo y amarillo. Esta última, por ejemplo, se define como pensada para «transmitir una imagen positiva y renovada de España, con valores, creatividad y pasión». Por su parte, la web My Bags & Me ha estado esta semana en boca de todo el mundo por el «clutch» España que lució Cristina Cifuentes, presidente de la Comunidad de Madrid, en la última recepción de los Reyes en el Palacio Real con motivo del 12 de octubre. Está claro: España está de moda.