Espacio

¿Hay basura en la luna?

El astronauta Alan Shepard viajó a nuestro satélite en 1971
El astronauta Alan Shepard viajó a nuestro satélite en 1971larazon

Estamos fascinados por el descubrimiento de nuevos planetas parecidos a la Tierra fuera del Sistema Solar. El último, sin ir más lejos, Próxima B, el mundo potencialmente habitable que se anunció la semana pasada a bombo y platillo. Está ahí al lado, en las cercanías de Próxima Centauri, a «sólo» 4,5 años luz de nosotros. Quizá si expresamos esta distancia en kilómetros nos podamos hacer mejor idea de cuán grande es. Alpha Centauri está más o menos a 40.000.000.000.000 km.

O sea, 40 billones de kilómetros. La nave espacial más veloz que ha sido capaz de construir el ser humano, la sonda «Voyager», viaja a aproximadamente 17,3 kilómetros por segundo. Si quisiera llegar a Alpha Centauri, a dicha velocidad, tardaría 73.000 años en alcanzar su meta. No es probable, pues, que viajemos próximamente al apreciado planeta nuevo. Pero, si lo hacemos, algo está claro: lo llenaremos de basura. Nuestra especie no ha podido viajar a otras galaxias, pero sí se ha permitido el lujo de poner el pie en otro objeto astronómico (la Luna) y, por supuesto, ha enviado numerosos artefactos robotizados a casi todos los planetas del Sistema Solar. Puede que no seamos un ejemplo de limpieza a seguir en el cosmos, pero los datos sobre nuestra capacidad de arrojar basuras allá donde vamos son esclarecedores. Entre todas las misiones a la Luna, sin ir más lejos, los humanos hemos dejado abandonadas 170 toneladas de material de desecho, sin contar instrumental de algunos telescopios ni souvenires rituales abandonados por los astronautas (como el palo de golf de Alan Shepard, banderas, cartas, una foto de la familia Duke cuidadosamente envuelta en plástico por Charles Duke y transportada a bordo del Apollo 16, o una pequeña figura de juguete –el homenaje al astronauta caído– depositada en memoria de aquellos astronautas, rusos y americanos, que murieron en misiones de vuelo o durante los ejercicios de entrenamiento). Entre los objetos que permanecerán milenios petrificados sobre la superficie lunar, expuestos a una casi nula corrosión, hay aparatos tan difícilmente desapercibidos como un módulo de descenso de la «Apollo» 15 de casi 3 toneladas o la sonda aterrizadora soviética «Luna 21», que pesa más de 4.000 kilos.

Sin necesidad de poner el pie en la superficie, los terrícolas hemos desperdigado basura en otros muchos mundos cercanos. En Marte, 8.053 kilos de material, incluyendo sondas aterrizadoras, rovers teledirigidos, y artefactos de prospección. No se contabilizan en esta lista los pequeños elementos de naves mayores como paracaídas de descenso, escudos térmicos, ruedas...Venus, por su parte, gana al planeta rojo en el ranking de despojos: 22.000 kilos de herramientas abandonadas allí por el Homo sapiens. Limpios, limpios...la verdad es que no somos.