Museo Thyssen

Fortuny, viajero por Marruecos

El Museo Carmen Thyssen Málaga permite descubrir el germen inspirador de muchos artistas del siglo XIX

Paisaje norteafricano
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La fascinación por lo exótico y el descubrimiento de mundos apenas explorados por los burgueses europeos del siglo XIX se reflejó en el arte de esta centuria en diferentes momentos, desde los viajeros románticos al japonismo, pasando por las llamadas temáticas orientalistas.

El interés por esta pintura de inspiración oriental alcanzó a numerosos artistas de la segunda mitad del siglo, entre ellos grandes maestros como Ingres o Delacroix. Las imágenes de los pintores que se acercaron a estos asuntos responden a los estereotipos europeos sobre el mundo oriental, y fueron muchas veces inspiradas por lugares tan poco orientales como Marruecos, cuyo propio nombre árabe significa, en realidad, occidente.

En España, donde este tipo de obras contó con numerosos cultivadores, destaca sin duda Mariano Fortuny, viajero por Marruecos y cuya estela siguieron numerosos artistas atraídos por el éxito comercial de esta producción, en la que Fortuny había realizado creaciones de gran calidad, centradas tanto en temas de la guerra (de las campañas contra el sultanato marroquí), fruto de su primer viaje en 1860, como en la vida cotidiana del país.

En su segundo viaje a Marruecos, en el otoño de 1862, pintó este Paisaje norteafricano del Museo Carmen Thyssen Málaga, en un formato panorámico que transporta al espectador al ambiente seco y de intensa luz del norte de África, a través de una paleta de colores intensos y pinceladas sueltas y rápidas, que hacen vibrar la superficie del cuadro, capturando, con una magistral sugerencia atmosférica, la mirada, que se pierde en la lejanía, siguiendo el riachuelo en cuyas orillas se distinguen unas figuras apenas esbozadas.