Guardia Civil

Manuel apuñaló a su ex mujer y se precipitó con ella por el balcón

Imagen de archivo de la Guardia Civil
Imagen de archivo de la Guardia Civillarazon

Dos mujeres de Andalucía y Canarias murieron ayer víctimas de la violencia de género. El primer caso tuvo lugar a las 04:40 de la madrugada del miércoles, cuando tras una discusión acalorada en la casa de la víctima, M. C. V. A., hija de la cantaora Juana Vargas, «la pareja se habría precipitado desde el balcón. Pero la víctima, cuyo cuerpo fue localizado en la puerta de la vivienda, presentaba heridas de arma blanca», tal y como pudo saber LA RAZÓN.

A la espera de que la autopsia revele si las puñaladas fueron antes o después de caer por el balcón y si fueron o no la causa de su muerte, todo apunta a que el presunto agresor, Manuel Rodríguez, nacido en 1976 (39 años), apuñaló a su ex mujer y después se arrojó con ella (o ya con su cadáver) desde el piso situado en Lebrija, en Sevilla. Después, «el presunto asesino se entregó en comisaría. Presentaba fractura en la muñeca y en el tobillo, compatible con haberse precipitado al vacío desde la vivienda», añadieron fuentes próximas a la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil. La víctima había denunciado malos tratos físicos y psicológicos del que fuera su ex marido con el que hasta hace bien poco continuaba trabajando en un bar de El Cuervo, en Sevilla, de donde era natural Manuel, tal y como aseguraron los vecinos. Según Efe, Rodríguez tenía orden de alejamiento.

En El Cuervo todos conocen al presunto asesino con el apodo de «Bartolino». «El alias le viene del padre, del abuelo...», explican en uno de los bares del pueblo. «Trabajaban juntos en un bar, situado en la carretera Nacional IV. Antes se llamaba La Unión, pero no sé si le habían puesto el nombre de Los Amigos. En El Cuervo, en cualquier caso, se conoce como el bar La Unión», relata un vecino. «‘‘Bartolino’’ tiene ocho o diez hermanos, son un montón y todos los varones son conocidos en el pueblo por ese apodo», relata el empleado de una tienda. «Manuel Rodríguez y la víctima trabajaban juntos en el bar que habían cogido hace cinco o seis meses», añade. Pero algo pasó en este tiempo, porque «él ya no trabajaba en el bar», un dato que confirman otros vecinos. Al parecer, Manuel dejó el local hace un mes y medio o tres meses. El bar no iba bien, antes, «previamente a su traspaso, funcionaba muy bien, pero desde que lo cogieron la cosa se torció», aseveraron los vecinos.

Desde la Fundación de Secretario Gitano, no precisaron el número de mujeres de etnia gitana asesinadas este año por violencia de género: «No hemos hecho distinción. Este mal nos afecta por igual, tenemos que luchar todos contra la violencia machista».

M. C. deja dos hijos huérfanos de once y siete años –como afirmó a los medios la alcaldesa de Sevilla–, que en el momento en el que se sucedieron los trágicos hechos estaban con su abuela.

Otro caso en Fuerteventura

Quien trágicamente sí lo estaba era el hijo de seis años de la mujer fallecida en Puerto del Rosario, Fuerteventura. La mujer fue apuñalada durante la pasada madrugada por su pareja de 33 años e ingresó con heridas de gravedad en el Hospital Insular de Gran Canaria, informó Efe. Durante la tarde de ayer, la mujer, colombiana y de 24 años, fallecía.