Arte, Cultura y Espectáculos

El Picasso maduro se instala en Barcelona

El museo del pintor recibe en préstamo tres cuadros de la última etapa del genio malagueño este tipo de oferta

La sala 16 del Museo Picasso donde se puede ver los cuadros adquiridos en préstamo
La sala 16 del Museo Picasso donde se puede ver los cuadros adquiridos en préstamolarazon

El Museo Picasso es, desde ayer, un poco más rico, con la incorporación de tres cuadros de la última etapa del pintor. Los cuadros van de los años 56 al 71 y demuestran que el artista, ya septuagenario, nunca perdió el genio ni la vehemencia creativa. Las obras, que se instalarán en la sala 16 del centro de la calle Montcada, se podrán ver hasta el día 20 de junio y forman parte de la política de intercambios de la institución. Los cuadros pertenecen al Lousiana Museum of Modern Art, de Dinamarca, que recibirá a cambio 27 dibujos del artista para la exposición «Picasso before Picasso» que inaugurarán en junio.

El primer cuadro, cronológicamente, es «Mujer y tocador de aulos II», que nunca antes se había visto en España. El lienzo fue realizado el 18 de abril de 1956 en Cannes, cuando Picasso deambulaba por la Costa Azul. Según Malén Gual, conservadora del Museo Picasso, el artista trabajaba en cinco cuadros simultáneamente en aquellas jornadas, todos prácticamente iguales. La imagen, con toda la fuerza expresiva del genio malagueño, muestra a una figura femenina tumbada junto a una figura masculina, en apariencia sentado.

El segundo cuadro es «Le déjeneur sur l’herbe (après Manet)» (Desayuno sobre la hierba después de Manet). Encontramos a un Picasso que vuelve a utilizar el trabajo de otros artistas para entrar en diálogo creativo, apropiarse de ellos y darles un nuevo valor. El cuadro, acabado el 30 de julio de 1961, cambia el número de personajes del icónico original de Manet y centra su mirada en el personaje llamado «le causeur» y en las dos mujeres protagonistas, anulando a uno de los dos personajes masculinos, a la vez que cambia el formato de horizontal a vertical y convierte el color verde en el predominante. El cuadro forma parte de una serie que Picasso realizó de agosto de 1959 a junio de 1962, creando 27 pinturas, más de 150 dibujos, 6 grabados sobre linóleo, una punta seca, una litografía y 18 cartones para escultura.

La última de las piezas es «El jugador de cartas II», acabado el 30 de diciembre de 1971. En él vemos a un hombre con sombrero, tal vez él mismo, por entonces ya nonagenario. Junto a él hay figuras icónicas de la simbología picassiana como un matador , un mosquetero, un jarro, un vaso y los naipes. «Las obras demuestran que no se repite nunca a sí mismo», concluye Gual