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Josep Bros apadrina a la soprano Elisabet Pons en el Palau

Ambos protagonizaron un recital con canción italiana, arias operísticas y duetos de zarzuela

Josep Bros yElisabet Pons actuaron en el ciclo Tardes al Palau
Josep Bros yElisabet Pons actuaron en el ciclo Tardes al Palaularazon

Ambos protagonizaron un recital con canción italiana, arias operísticas y duetos de zarzuela.

Hace poco más de 25 años, un joven Josep Bros subía por primera vez al escenario del Gran Teatro del Liceo y empezaba una carrera que pronto lo confirmaría como una de las voces europeas más reconocibles y aplaudidas. Decir 25 años puede ser tan rápido como chasquear los dedos, pero el recorrido vital que requiere convierte a Bros en una enciclopedia viviente de lo que es ser cantante, desde todos los puntos de vista, del musical, interpretativo, profesional, e incluso del social. Porque ser cantante nunca ha sido sencillo, mil factores entran en juego, y muchos se quedan por el camino. Por ello, tanta sabiduría puede llegar a ser un auténtico regalo para esas manos inexpertas, esas voces que comparten la pasión y el deseo de aquel joven Bros, y que buscan ese pequeño respaldo, esa pequeña ayuda, que les dé la confianza para mirar el futuro con decisión obstinada.

Eso lo sabe de sobra el tenor, que hace cinco años inició una serie de masterclasses en la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc) con la idea de enseñar y estimular a las jóvenes voces. En este contexto fue donde Bros conoció a la soprano Elisabet Pons, que en aquel entonces cursaba estudios en la escuela. Al escucharla, le vino a la idea colaborar con ella y darle así ese pequeño empujón de ayuda para crecer. «Hace tiempo que tenía en mente un programa de duetos de canciones italianas y zarzuela. La voz de Elisabet, de soprano lírica pura, era perfecta. Además, vimos que se empastaba perfectamente con la mía», comenta Bros.

Un concierto especial

Dicho y hecho. Ayer el Palau de la Müsica, dentro del ciclo Tardes al Palau, acogía el recital de los dos intérpretes, en que Bros pudo apadrinar a una feliz Pons. No era para menos, ya que la soprano había comenzado a cantar precisamente en el Palau, en la que fue miembro del Cor Jove cuando era muy jovencita. Allí aprendió a amar la música y la voz y dio pie a querer profundizar mucho más en dicho mundo. «Tropezarse» con Bros no ha hecho más que confirmar su amor por la música. Juntos ya habían pasado por Sant Cugat del Vallès, Palma y Oviedo. Por ello, Pons no duda en afirmar que el concierto sería «muy emotivo».

El concierto estaba planteado en dos partes, con la primera centrada en música italiana, con canciones napolitanas de Ernesto de Curtis («Non ti scordar di me») Tosti («Vorrei morire!» y «Malgré moi»), Leoncavallo («Mattinata») y Gastaldon («Musica proibita»). Además, esta parte incluía arias y duos de Cilea («Adriana Lecouvreur» y «L’Arlesiana») y Mascagni («L’amico Fritz»). La segunda parte cambiaba de tercio interpretando romances y duos de zarzuela de Moreno Torroba («La Marchenera»), Soutullo y Vert («El último romántico»), Sorozábal («La del manojo de rosas» y «La tabernera del puerto»), Moreno Torroba («Luisa Fernanda»), Fernández Caballero («El cabo primero») y Martínez Valls («Cançó d’amor i de guerra»).

En 1992, Bros sorpendía y entusiasmaba al público en aquella «Anna Bolena», de Donizetti. Ahora le toca el turno a Pons de sorprender y entusiasmar. Un bravo para los dos.