Cataluña

Primeros frutos del diálogo

Sáenz de Santamaría obtiene el aval explícito del PSC por el «cambio de actitud» del Gobierno para abordar la carpeta catalana

Soraya Sáenz de Santamaría –en la imagen junto a Enric Millo–estrenó ayer su nuevo despacho en la Delegación del Gobierno en Cataluña y despachó por la tarde con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y con la líder de Ciutadans en Cataluña, Inés Arrimadas.
Soraya Sáenz de Santamaría –en la imagen junto a Enric Millo–estrenó ayer su nuevo despacho en la Delegación del Gobierno en Cataluña y despachó por la tarde con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y con la líder de Ciutadans en Cataluña, Inés Arrimadas.larazon

Sáenz de Santamaría obtiene el aval explícito del PSC por el «cambio de actitud» del Gobierno para abordar la carpeta catalana.

El PDECAT –la vieja Convergència– insistía ayer en que el diálogo ofertado por el Gobierno a Cataluña no es más que «una operación de marketing», pero la realidad no tardó en desmentir a los dirigentes soberanistas. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se anotó ayer en Barcelona el primer éxito del cambio de rumbo de su Ejecutivo al obtener el reconocimiento explícito de uno de sus adversarios, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, con quien se entrevistó ayer en la Delegación del Gobierno en Cataluña a primera hora de la tarde, justo antes de verse también a la líder de Ciutadans, Inés Arrimdas.

Iceta negó haber recibido un trato preferente por parte de la vicepresidenta –con quien mantiene una fluida relación– y dio a entender que el flamante despacho de Sáenz de Santamaría en la Delegación está abierto para todos. «Yo creo que todos los grupos que quieran hablar con la vicepresidenta del Gobierno podrán hacerlo. Yo lo he pedido y la verdad es que se me ha concedido muy rápidamente esta entrevista. Creo que la vicepresidenta tiene el máximo interés en hablar con las fuerzas políticas, con representantes de la sociedad civil catalana, con el empresariado y, por supuesto, con las instituciones y con el Govern. A la vicepresidenta se le ha conferido la responsabilidad de la carpeta catalana y lo que les puedo decir es que se ha tomado con mucho interés este cometido», resumió el líder de los socialistas catalanes.

Sobre el contenido del encuentro, Iceta confirmó que «salieron muchas cosas» y se abordaron asuntos «conocidos y concretos». De esta manera, el socialista comentó que hablaron sobre la próxima negociación del sistema de financiación, sobre la conferencia de presidentes autonómicos del próximo mes de enero, el impulso de los Juegos del Mediterráneo de Tarragona 2018, o de que el Gobierno se comprometa con inversiones con inversiones importantes en Cataluña como en Rodalies. Asimismo, también planteó la reforma de la Constitución, aunque se mostró cauto: «No se trata de frivolizar y hacer experimentos», y seguidamente aludió al ejemplo aciago de Italia, lo que le sirvió para reconocer de que «el ambiente no es el más propicio». Sobre las relaciones con la Generalitat, Iceta se ofreció a ser partícipe «en esta nueva fase de diálogo» e insistió en que el deber del presidente del Govern, Carles Puigdemont, es asistir a la conferencia de presidentes porque «no se puede privar de voz a los catalanes». En esta línea, confió en que las relaciones entre las dos administraciones «hagan surgir cosas» que permitan un cambio de opinión de Puigdemont. Además, reivindicó la decisión de reunirse con PSC y C’s, porque Santamaría ya se ha visto en varias ocasiones con Junqueras, «sin ir más lejos en el Consejo de política Fiscal y Financiera.

Por su parte, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, pidió a Santamaría que la voluntad de diálogo se traduzca en «medidas concretas». «Ha llegado la hora del diálogo, pero también de las propuestas y las medidas concretas para solucionar los problemas de siete millones y medio de catalanes», añadió. El delegado del Gobierno, Enric Millo, subrayó la «aproximación lo más directa posible con Cataluña», y a anunció que es «una tónica que se mantendrá en las próximas semanas y meses, no solo con los partidos catalanes o la Generalitat, sino también con representantes de la sociedad catalana a nivel económico, social, cultural y deportivo».