Ministerio de Educación

Puig pretende dar 200 euros para libros de texto pagando un tercio

El presidente implica en el proyecto a los ayuntamientos y a las diputaciones sin haberles consultado. Las de Alicante y Castellón rechazan participar en el proyecto por la falta de diálogo

La Junta Directiva fue corta y nadie tomó la palabra
La Junta Directiva fue corta y nadie tomó la palabralarazon

El Consell ha querido arrancar el curso político pisando fuerte, con una medida que agradará sin lugar a dudas a todos los valencianos, al menos seguro que lo hará a las 500.000 familias que resultarán beneficiadas de la gratuidad de los libros de texto escolares. El jefe del Consell anunció ayer que cada familia recibirá hasta 200 euros para la adquisición de este material.

Al menos esa es la intención del Gobierno de Ximo Puig, pero queda por ver si convence a las partes implicadas en la financiación del proyecto, que cuesta cien millones de euros. Por la mañana el presidente anunció que la medida costará cien millones de euros, pagados a partes iguales por la Generalitat, los Ayuntamientos y las Diputaciones. Preguntado al respecto, Puig indicó que no había anunciado previamente la idea a las partes, aunque se mostró convencido de que nadie podría negarse a participar en algo así.

Pero se equivocaba. Por la tarde las Diputaciones de Alicante y Castellón anunciaron que rechazan participar en esta medida, puesto que ha sido adoptada sin serles participada con anterioridad y sin contar con su opinión. Criticaron además que Puig quiere «gobernar con el dinero de las Diputaciones».

Por el momento, y a la espera de ver como se financia, los padres pueden empezar con los trámites para recibir la ayuda. Primero tendrán que presentar el recibo de la compra en su Ayuntamiento dentro del primer trimestre del curso. En ese momento se le entregarán cien euros. A final de curso, si los niños devuelven los libros en condiciones de ser reutilizados, se le pagarán hasta cien euros más. Además, así obtendrán la posibilidad de recibir de forma gratuita el material durante el siguiente curso.

En el caso de que este no se entregue en buenas condiciones, no solamente no se hará entrega del segundo pago, sino que tampoco se dispondrá de libros gratis en el siguiente año.

De esta manera, tal y como y explicó el conseller de Educación Vicent Marzà, se pretende inculcar a los niños la importancia de cuidar y valorar su material escolar. La medida va dirigida a todos los alumnos que estudian en colegios públicos o concertados de la Comunitat Valenciana y se aplicará durante toda la Educación Primaria y Secundaria, con independencia del nivel de renta de cada familia. Se buscará, dijo Marzà, que se puedan mantener los mismos libros de texto al menos durante cuatro años.

El jefe del Consell resaltó, ante las amenazas del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a aquellas Autonomías que incumplan el techo de déficit, que la iniciativa de su Gobierno no supone un incremento del gasto, sino una «reorientación» del mismo. «Lo primero son, sin duda, las personas», dijo, y lamentó que las familias valencianas hayan tenido que soportar en los últimos años el «sobrecoste» en la educación por los libros de texto. El anterior Consell puso en marcha un banco de libros «on-line», en el que los padres y madres podían intercambiarlos, pero no existía dotación económica ni se aseguraba que hubiera disponibilidad para todas las familias.

El conseller anunció también que se reunirá con las editoriales y los libreros valencianos para plantearles alternativas, entre las que citó un plan de fomento de la lectura. Queda también por resolver si en un futuro se incluirá en las ayudas también el material sobre el cual los niños deben escribir necesariamente (como por ejemplo los cuadernos de ejercicios de inglés) y si beneficiará también a los alumnos de Infantil, que por ahora quedan fuera.

La presidenta de la Confederación de AMPAs, Eva Grimaltos, señaló que se trata de una acción «muy profunda, no es un parche», gracias a la cual las familias que deben libros desde hace tres cursos no tendrán «vergüenza» este año de ir a por ellos.

«No hay ningún problema con los símbolos»

A.G.

Los casos que se han producido hasta el momento de Ayuntamientos en los que se ha escondido la bandera, cambiado el himno o prohibido a los ediles participar en procesiones, son cuestiones «singulares» que en absoluto representan un problema para los símbolos de la Comunitat Valenciana. Así lo aseguró ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien dijo desconocer en profundidad cada uno de los casos -a pesar de que en la mayoría de ellos participan ediles de su partido-. Puzol ha sido el último pueblo en el que su alcalde decidió modificar el himno de la Comunitat Valenciana, cambiando la referencia a «noves glòries a Espanya». «Las banderas están para unir, y no para separar», afirmó de forma rotunda, «y si son para separar es mejor que se queden en casa», sentenció. El conseller de Educación, Vicent Marzà, a su lado, fue también preguntado a este respecto, puesto que unas declaraciones realizadas hace un año pusieron de manifiesto su ideología nacionalista, y además su partido, Compromís, ha participado también en estas decisiones sobre los símbolos. Marzà respondió, también de forma muy rotunda, que su deber y su mayor preocupación en este momento, es sacar adelante medidas como la anunciada sobre la gratuidad de los libros escolares. Con respecto a Cataluña, Puig pidió «romper la barrera» con esta Autonomía que ha existido en las últimas dos décadas y potenciar las relaciones culturales e institucionales, aunque rechazó los Països Catalans «como proyecto político». En declaraciones a Catalunya Ràdio, recordó que en la Comunitat Valenciana el objetivo es el despliegue de su Estatuto y que «nadie ha defendido los Països Catalans como proyecto», pero que «otra cosa son las relaciones culturales o institucionales». Recordó que lo que suceda en Cataluña no es «indiferente» a los valencianos, por razones culturales y de carácter económico, además de «lazos afectivos, culturales e históricos». Puig aseguró que su deseo es que se den «las circunstancias para seguir trabajando y viviendo juntos, y haciendo todo lo posible para armonizar las relaciones» mutuas.