María Salmerón: «Sigo peleando por mi hija; es una luchadora como yo»

Logra un indulto parcial por el incumplimiento del régimen de visitas a su ex marido maltratador.

Como suele suceder, María Salmerón se enteró de su indulto por la Prensa. Y, como también ha sido habitual en los últimos años, se encontraba en el juzgado número 13 de Sevilla cuando le «chivaron» la noticia: de momento, evita ir a la cárcel. Junto a su abogado, José Estanislao López, estaba presentando un escrito para que se anulara su ingreso en prisión, fijado ayer, tras una condena de siete meses. Es una de las cuatro penas que tenía pendientes. Todas ellas por permitir que su hija, ahora de 15 años, se negara a ver en el punto de encuentro a su padre, condenado a 21 meses por los malos tratos infligidos a María cuando aún estaban casados. «Sólo cumplía sus deseos. Se ponía enferma cuando tenía que ir», relataba María. El azar quiso que el Gobierno anunciara ayer que concedía a María un indulto parcial pero por otra pena diferente, ésta de 2013, de seis meses de cárcel, que ahora queda sustituida por una pena de trabajos sociales. Se trata del segundo indulto que recibe. Aún le quedan dos «match balls» que superar. Pero sabe que lo peor ya ha pasado.

Su caso es único: su marido, condenado por maltrato, no entró en prisión al no tener antecedentes; ella, maltratada, se ha expuesto a ir a la cárcel hasta cuatro veces. Además, tenía una serie de denuncias sobre él por malos tratos psicológicos a su hija que, finalmente, han sido archivadas. ¿Feliz? Sin duda, pero sobre todo «tranquila». No en vano, cabía la posibilidad de que, si entraba en prisión, su hija se viera obligada a volver con su padre. Aunque no quiere euforia. «No es algo para celebrar. No quiero saber nada de juzgados. Quiero seguir con mi vida, tranquila», afirmaba ayer a LA RAZÓN. «Queda demostrado que hay voluntad en política para arreglar los errores. Todo el mundo sabe que se ha hecho justicia», añade.

El miedo por entrar en prisión se ha disipado. Aunque todavía pesan sobre ella dos penas por las que podría ir a prisión: una de 7 meses y otra de un año. «El Ministerio de Justicia ha hablado con mi abogado para que en un solo escrito consten las dos peticiones de indulto y puedan tramitarlo y salgan adelante», explica. Hay que recordar que la petición de indulto contaba con los informes desfavorables del juzgado de Sevilla y del Ministerio Fiscal. Con todo, y como confirmaron fuentes de Justicia a este diario, se trata de dictámenes preceptivos no vinculantes. Además, cada petición de indulto puede llevar meses hasta que se concede. María no cede: «Quiero que se revise mi caso».

Lo que espera también es que el hecho de evitar la cárcel no le acarrée una multa económica. Ya tuvo que afrontar en su día una de más de 2.000 euros y María, de 51 años y auxiliar de enfermería confiesa que «no me lo puedo permitir». «El PSOE de Andalucía y las asociaciones feministas se han volcado por completo. Con que pongamos un euro cada uno», afirma. Asegura que tiene «todo embargado e hipotecado».

La historia de María es también la de su hija. La joven se encontraba «desmoralizada» y se «sentía abandonada por la Justicia». Prefería «morirse antes de volver con su padre». Sin olvidar las secuelas psicológicas que lleva arrastrando desde hace años. ¿Ahora? «Está muy contenta. Lo está compartiendo todo a través de las redes sociales. Y el apoyo que recibe lo es también para mí. Es una luchadora como yo», dice.