Huelgas

Fin a la huelga de basuras en Sevilla: se impone la cordura

Basura acumulada en una calle de Sevilla
Basura acumulada en una calle de Sevillalarazon

En las mismas condiciones en las que Ayuntamiento y comité de empresa cerraron el acuerdo el miércoles, de un día para otro, los trabajadores de Lipasam pasaron de continuar con la huelga por aclamación popular a desconvocar el paro por aplastante mayoría(85%).

En las mismas condiciones en las que Ayuntamiento y comité de empresa cerraron el acuerdo el miércoles, de un día para otro, los trabajadores de Lipasam pasaron de continuar con la huelga por aclamación popular a desconvocar el paro por aplastante mayoría(85%). El fin del conflicto laboral da inicio a la retirada de más de 7 millones de kilos de basura acumulada en las calles. Un proceso que se prolongará durante una semana, según anunció el propio alcalde, y que arrancó ayer mismo a las once de la noche con toda la maquinaria disponible y alrededor de 300 trabajadores.

Los propios sindicatos que habían admitido que la asamblea del miércoles se les «había ido de las manos», lograron voltear una votación que pone fin a once días, ocho sin negociación, en los que la ciudad se ha convertido en un auténtico estercolero. Lo más incongruente de todo es que los términos básicos del acuerdo se reducen a lo ya pactado el año pasado: reducción del 5% en salarios (3,6% directo y el resto en complementos) y aplicación de la jornada de 37,5 horas (el Gobierno no altera el calendario de descanso, a priori). Una sinrazón.

La asamblea, prevista de inicio en la sede de la maquinaria de Lipasam, se trasladó a Fibes, campo neutral. El propio Antonio Bazo, presidente del comité de empresa, explicó que la intención era «reconducir» la situación. Allí, los más de mil trabajadores estaban citados a las cinco de la tarde. El ambiente era tenso y las miradas se dirigieron a la prensa, abucheos incluidos. A esa presión mediática –por una vez hay unanimidad en la conveniencia del acuerdo– y el fin de la huelga, había que unir la social. Después de varias horas de profundo debate sobre el preacuerdo al que los representantes de los trabajadores habían llegado el miércoles, se procedió a la votación. Esta vez no fue por aclamación. Había cinco urnas preparadas para emitir los votos y una diferencia abismal de asistencia. Si el miércoles eran no más de 400 los empleados presentes, ayer fueron cerca de mil. Pasadas las nueve y media de la noche se conocieron los resultados: 135 a favor de continuar con el paro indefinido, 2 nulos, 7 en blanco y 846 en contra de la huelga (aunque hubo incluso intento de «pucherazo»).

Zoido admitió que su «firmeza» tenía como objetivo «defender los intereses generales, garantizar los puestos de trabajo y la viabilidad de la empresa pública», destacando el logro de abrir una bolsa de trabajo que estaba cerrada (principalmente a familiares de los fijos): «Ahora todos los sevillanos tendrán la misma oportunidad de entrar a trabajar en Lipasam». La plantilla no cobrará los once días de huelga, aunque los servicios especiales de recogida en los próximos días obligarán a realizar horas extra que compensarán una pérdida de entre 900 y 1.000 euros.