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España y Roma, buenos lugares para reivindicar Europa

España y Roma, buenos lugares para reivindicar Europa
España y Roma, buenos lugares para reivindicar Europalarazon

Por José Francisco Sigüenza García

Hace unas semanas y como cada quince días fui de Madrid a Badajoz a ver a mi hijo. Viajaba conmigo en el coche un chico que se dedicaba a la edición de libros.

Cuando no conoces mucho a tu compañero de viaje, los temas a tratar suelen ser el tiempo, lo caros que son los autobuses y casi siempre una queja de algo que podría ir mejor. Pero en aquel viaje hubo un algo más que ese feroz crítico para con lo español que todos llevamos dentro. Aquel muchacho estaba encantado con vivir en España. Hablaba con verdadero entusiasmo de nuestras costumbres, de nuestra alegría, de muchas cosas que a veces no vemos y que son muy nuestras, y eso me dio que pensar.

La historia de Europa no deja de ser un filón de experiencias que debemos tener en cuenta: oscuros periodos intercalados con filosofía y arte, historias de superación, empeños heroicos de científicos y descubridores, que han protagonizado la forja del mundo en el que vivimos, y en esta historia los españoles hemos tenido un papel muy importante.

Decían aquellos primeros filósofos griegos que todo termina repitiéndose y así, del mismo modo que a épocas oscuras como la de la Edad Media le siguieron otras más brillantes como el Renacimiento, debemos ser conscientes de que, a esta época en la que se está poniendo en duda la eficacia de la Unión Europea, le seguirá otra en la que fronteras y aranceles serán vistos como lastres para el progreso. Que llegue más pronto o más tarde esa nueva época dependerá del papel de unos cuantos para conseguir convencer a esos otros muchos que se empeñan en segmentar y levantar muros.

Pero volvamos a mi compañero de viaje, a ver lo mucho bueno que tenemos en España para abanderar esa reivindicación de una Europa consciente de sus bondades, que hizo del derecho romano garantía ante las injusticias y que vio nacer al pensamiento ilustrado, España mezcla amable de culturas, puente entre continentes y que no deja de exportar talento al mundo. Fijarnos en nuestras carencias, solo significaría volver a repetir errores y la historia está ahí para recordarnos lo que fuimos y lo que podemos llegar a ser. Querámonos un poco más y creámonos lo que nunca hemos dejado de ser: uno de los principales actores del devenir europeo.

En unas semanas volveré a viajar, esta vez a Roma, una capital que fue imperio y que hace 60 años fue testigo de la firma de un acuerdo que nos puso en la vanguardia de la política mundial, derribó fronteras, eliminó burocracia, nos hizo, en definitiva, más libres.

El 25 de marzo, un grupo de españoles iremos a decir que queremos seguir con el plan que trazaron los padres fundadores, que nos gusta la idea y que nos sentimos capaces de influir para conseguir cambiar pronto de ciclo. Queremos volver a vivir un periodo de luz, de mercado libre, de estudio, de oportunidades, y ser protagonistas de ese cambio porque somos capaces de serlo.

España es un gran país, los españoles somos tremendamente válidos, y España y Roma son lugares perfectos para comenzar a reivindicar Europa.